Roger Federer, que volverá a las canchas esta semana en el torneo de Doha, nunca contempló retirarse cuando se recuperaba de una lesión que le mantuvo fuera de la competición durante trece meses.
Cuando se le preguntó cuál era su estado de ánimo durante su convalecencia, el suizo de 39 años declaró este domingo en conferencia de prensa: "La retirada nunca fue una opción".
Ausente desde su derrota en las semifinales del Abierto de Australia en enero de 2020, frente a Novak Djokovic, reconoció que era "raro que un jugador de 40 años vuelva luego de un año de ausencia".
"Lo importante es que no sufro y que no estoy lesionado. Estoy muy contento de estar de vuelta para jugar un torneo, no pensaba que fuera a tomar tanto tiempo", añadió el ex número 1 del mundo, que debutará contra el británico Daniel Evans o el francés Jérémy Chardy.
El de Basilea aseguró que estaba "obviamente confiado". "De no ser así no me pondría en esta situación. ¡Tuve una visión de mí mismo con el trofeo!", dijo riendo.
Sobre su rivalidad por el trono de mejor jugador de la historia con Rafael Nadal y Novak Djokovic -el serbio superará el lunes su récord de 310 semanas al frente del ranking ATP-, Federer consideró que era "todavía un gran debate".
"Lo que Novak y Rafa han hecho últimamente es extraordinario, pero ya no tienen 25 años tampoco", declaró sonriendo. "Novak ganó en Australia, Rafa en Francia. Parecen en su apogeo, lo que es formidable para el tenis y para el debate". "Solo me preocupo de mi propia salud, de mi propio juego más que del récord (de veinte Grand Slams que comparte con Nadal)".
Para lo que resta de temporada, el suizo declaró que esperaba volver al "100% para Wimbledon en junio", pero que no había decidido todavía nada sobre los torneos previos a esta cita o a los Juegos Olímpicos.