El país asiático donde la pasión por Argentina en el Mundial puede causar disturbios
La presentadora del canal de noticias de Bangladesh Somoy News decidió dar las noticias de la noche vestida con una prenda poco habitual: una camiseta de la selección de fútbol de Argentina.
La imagen, registrada en la TV bangladesí el sábado, puede parecer extraña, incluso para los propios argentinos que no suelen ver a sus presentadores de noticias usando en cámara la camiseta de la selección. Pero para los 168 millones de habitantes de Bangladesh, una pequeña nación asiática ubicada a más de 17.000 kilómetros de Argentina, se ha vuelto una rutina cada vez que juega la albiceleste.
¿La razón? En Bangladesh hay una locura por Argentina y su equipo de fútbol masculino.
Y no se trata solo de la presentadora de las noticias: cuando juega la selección que lidera Lionel Messi en Qatar 2022 hay aglomeraciones de miles de hinchas para presenciar los encuentros.
Para el partido contra México, que comenzó a la una de la madrugada y terminó a las tres, millones de personas llenaron las plazas donde había pantallas gigantes trasmitiendo el partido.
Pero no solo es Argentina. También hay hinchas que hacen fuerza por el otro gigante del fútbol sudamericano, Brasil.
Y eso ha conducido a una rivalidad "adoptada" que ha llegado incluso a causar disturbios. Por ejemplo, en 2021, en la víspera de la final de la Copa América entre ambas selecciones, se produjeron algunos encontronazos entre los seguidores de brasileños y argentinos.
Aficionados de uno y otro equipo se enfrentaron a puñetazos en Brahmanbaria, a 120 kilómetros al este de la capital, Daca. La policía tuvo que intervenir.
Y aunque el críquet es el deporte principal de Bangladesh, esta antigua colonia británica se transforma en un hervidero de pasión por el fútbol con cada Mundial.
¿De dónde viene la pasión?
La locura por la selección argentina se gestó en Bangladesh durante el Mundial que se jugó en México en 1986.
En aquel certamen, muchos bangladesíes quedaron prendados de la actuación de Diego Armando Maradona, que lideró a su equipo en la consecución del título.
Su partido más memorable, el de la "mano de Dios" y el "gol del siglo" contra Inglaterra en cuartos de final, marcó a una generación.
"La mano de Dios generó también un feroz debate aquí, aunque la mayoría decidió ignorarla porque la memoria de la guerra de las Malvinas (o Falklands) seguía viva en la mente de los bangladesíes", relata una columna del periódico nacional Dhaka Tribune.
Dicho conflicto enfrentó a Inglaterra y Argentina en 1982. La victoria de la albiceleste en 1986 fue vista por muchos como una reivindicación contra el poderío británico.
Un sentimiento que fue compartido también en Bangladesh, que por casi 200 años, hasta 1947, fue parte de la antigua India colonial bajo el control británico.
Sembrada la pasión por Argentina, esta antagonizó con aquellos que simpatizaban con Brasil, su máximo rival en el continente.
"Como país del 'tercer mundo', los bangladesíes conectaron muy bien con los países latinoamericanos, quienes también habían sufrido los mismos perjuicios económicos y la explotación de Occidente", explica el artículo de Dhaka Tribune.
Rivalidad peligrosa
Si las predicciones aciertan y tanto Brasil como Argentina avanzan en Qatar 2022 podrían encontrarse en las semifinales.
Y un enfrentamiento entre ambas selecciones es un temor que tiene la policía, que ya tuvo que tomar medidas durante la final de la Copa América de 2021.
En ese año se determinó que en algunas provincias del país no se iba a transmitir el partido en pantallas gigantes, con el fin de evitar las aglomeraciones.
Porque es en esos partidos donde se ha presentado problemas.
Durante la Copa Mundial de 2018, un niño de 12 años murió electrocutado mientras colocaba una bandera de Brasil en un poste del tendido eléctrico de la calle.
Otro hombre y su hijo resultaron heridos de gravedad cuando los seguidores se enfrentaron en el subdistrito central de Bandar.
Pero lo cierto es que el fútbol es una fiesta en este país gracias a este fervor: los millones de aficionados de Argentina y Brasil colocan las banderas de sus países favoritos en casa y desfilan por las calles con sus camisetas.
Y que gane el mejor, que va a ser celebrado no solo en América Latina, sino también en un rincón de Asia.