Un bochornoso hecho se produjo en Argentina, cuando los equipos de Ferro y Colegiales, ambos de la Primera Nacional del país trasandino (equivalente a la Primera B del Fútbol Chileno) disputaban un encuentro amistoso a modo de preparación frente al inicio de la temporada el próximo lunes 30.
Pese a que el encuentro terminó en un empate sin goles, estuvo lleno de otros condimentos, mucha fricción y pierna fuerte, entre ellas, una jugada que terminó a los golpes entre jugadores y que -según relata Clarín- fue necesario que interviniera la policía.
La jugada de la discordia ocurrió antes de finalizar el primer tiempo, cuando en medio de un cruce entre los jugadores Gabriel Díaz y Martín Lucero, ya ambos en el suelo, el primero toma del cuello al segundo con su brazo, intentando ahorcarlo.
Lucero reacciona forcejeando, mientras que el resto de los jugadores -e incluso el cuerpo técnico- intentan separar a los jugadores, para posteriormente iniciar una pelea a golpes, la cual terminó con la intervención de la policía.
El árbitro expulsó tanto a Díaz como a Lucero por el hecho, pero curiosamente, los entrenadores de ambos equipos decidieron que los equipos terminaran el encuentro con 11 jugadores por lado.
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