Muchos hinchas sienten una desbordante pasión por su equipo de fútbol. Algunos se tatúan el logo de su club en la piel mientras otros gastan millones para acompañar a su escuadra donde quiera que jueguen.
Pero un fanático del Corinthians ama tanto a su institución que condenó de por vida a su hijo recién nacido.
Corinthienzo Samuel de Jesús Soares es el nombre del pequeño que en primera instancia se iba a llamar simplemente Enzo, pero su progenitor decidió que había que ponerle un poco de "Timao" a su identidad, ante la insólita autorización de su madre.
Su padre, Leandro Soares, cuenta con más de 50 tatuajes del Corinthians en su cuerpo y era de esperar que, de una forma u otra, heredara esa pasión hacia su descendencia.
Si llevamos este caso a Chile, es posible que el desafortunado menor se hubiese llamado Colocolenzo, Catoloquenzo o Bullenzo.