Fracaso. Esa palabra basta para resumir el paso de la selección chilena que comandó Héctor Robles por el Sudamericano Sub 20 que se disputó en Ecuador, donde terminó última en el Grupo A conformado también por Brasil, Ecuador, Colombia y Paraguay.
Y es que “La Roja” juvenil no logró ganar ningún partido, completando un escaso registro de dos derrotas, dos empates, sólo 2 goles convertidos y 4 encajados. Una pobre actuación considerando las grandes expectativas previas que se generaron con su participación, sobre todo por el recorrido que muchos de los citados tenían en el campeonato nacional.
El bicampeón con Universidad Católica, Jaime Carreno, y el zurdo de Estudiantes de La Plata, Jeisson Vargas; llegaban al torneo como grandes cartas en el cuadro nacional, pero ambos fueron expulsados en el primer partido ante Brasil.
Vargas nunca respondió al estatus de “figura del equipo” que le impuso Robles ni menos al de “10” que lució en su espalda, mientras que el volante cruzado sólo jugó un partido (tuvo 2 fechas de castigo por faltarle el respeto a un árbitro) y no fue el aporte que se esperaba, luego de sumar 313 minutos en 9 encuentros del Apertura pasado.
Una de los pocos rescatables fue Gonzalo Collao. El portero de Universidad de Chile (aún no debuta en Primera División) fue vital en el empate con 10 hombres ante Brasil y tuvo buenas intervenciones a lo largo del torneo.
EN VIVO I La notable reacción de Gonzalo Collao para mantener el 0-0 de @LaRoja ante Brasil. #Sub20xEl13 → https://t.co/NLJMekqAFZpic.twitter.com/SxqxQupozA
— Deportes 13 (@deportes13cl) 20 de enero de 2017
Contundencia en el arco que no fue capaz de traspasarse a una defensa culpable de al menos 3 goles (ante Ecuador, el primero de Paraguay y contra Colombia) gracias a sus errores en la salida y desconcentraciones en la marca.
Un equipo falto de ideas, sin respuesta y que no mostró esas ansias por ser el “recambio” que tanto se comentó en la previa del Sudamericano; con un técnico que poco hacía desde el banco y que tras meses de trabajo no logró dar nunca con un equipo estable, variando en cada partido.
Las estadísticas que condenan a “La Roja” de Robles
En lo único que Chile destacó fue en la cantidad de tarjetas que recibió. Tras el partido de ayer, donde se fue expulsado en capitán Francisco Sierralta, el combinado nacional completó 13 amarillas y 3 rojas, siendo hasta ahora el registro más alto del torneo (faltan aún dos partidos del Grupo B).
Además, es uno de los elencos que menor efectividad de remates (5,3%) en el certamen, sólo sobrepasando a Venezuela (2,8%) que ha marcado un tanto a falta de una fecha en el Grupo B.
En total, el combinado nacional disparó en 38 ocasiones y anotó sólo dos goles. De esos remates, sólo 12 iban al arco, 2 dieron en el travesaño y 24 terminaron fuera, en el segundo registro de yerros más alto del torneo por debajo de Argentina (25) que ha marcado en 8 ocasiones.
Un balance a todas luces negativo en un equipo que en la previa del torneo no sólo ilusionaba, sino que se autoimpuso la presión de ganar el campeonato juvenil, con un DT que confió en unos nominados que terminaron volviendo -merecidamente- de forma prematura a nuestro país.
