Río de Janeiro despide sus Olimpiadas con samba, danzarines, carnaval, ¡y con Mario Bros.!
Mientras la cantante brasileña Mariene de Castro interpretaba "Pelo tempo que durar", la llama olímpica en el Maracaná se apagaba lentamente.
La nostálgica canción compuesta por Marisa Monte ponía fin a 17 días de competencias, sacrificio, pasión, rivalidad y lucha.
"Nada va a permanecer en el estado en que está. Yo sólo pienso en verte a ti, yo sólo te quiero encontrar", dice la canción que cerró el evento deportivo más grande del planeta.
Millones de aficionados en todo el mundo despidieron semanas plenas de hazañas e historias maravillosas con esa melodía casi íntima, como para dos cómplices enamorados.
Cómplices como las dos jugadoras brasileñas de rugby que se comprometieron y besaron frente a miles de hinchas.
Pero también para los cómplices devotos de los deportes.
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De esos que se emocionaron hasta la euforia o las lágrimas con la descomunal cantidad de medallas acumuladas por Michael Phelps, la resurrección del tenista Juan Martín Del Potro, el inalcanzable Usain Bolt, Mariana Pajón levantando su bicicleta con los colores de la bandera de Colombia o el estreno estelar de Simone Biles.
Son apenas algunos de los magníficos episodios que dejó la cita olímpica.
Capítulos que van más allá de la proeza física y son una muestra del poder de la fuerza de voluntad humana.
No por nada las Olimpiadas viene de la Grecia Antigua y sus narraciones épicas.
Cidade maravilhosa
El himno de Río de Janeiro se llama "Cidade maravilhosa" (ciudad maravillosa) con justa razón y a la cita deportiva que concluyó el domingo la bautizaron "las Olimpiadas de la alegría".
Con justa razón también.
"Una fiesta para lavar el alma de todo el mundo", fue la idea de los organizadores de la ceremonia de clausura y algo muy parecido sucedió en el mítico estadio Maracaná.
El cierre de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fue un auténtico carnaval consambas en vivo y danzarines expertos.
Con coreografías casi perfectas y carros con decorados gigantes desde donde reinaban las figuras de las escuelas de samba cariocas más populares,
Horas antes, la maratón, la prueba deportiva por excelencia de toda Olimpiada, concluía nada menos que en el Sambódromo de Río y con el himno sonando de fondo.
"Cuna de la samba y de bellas canciones, que viven en el alma de la gente. Es el altar de nuestros corazones, que cantan alegremente".
Puede que las Olimpiadas de Londres en 2012 hayan brillado por su organización y que las de Tokio en 2020 sean las más tecnológicas, pero va a ser muy difícil que le quiten a Río de Janeiro el título de las Olimpiadas más musicales.
Desde las bossa novas del día de la inauguración hasta los tambores que celebraron el oro olímpico obtenido por el Brasil de Neymar el sábado, la única gesta futbolística que le faltaba a la Verdeamarelha.
Las imágenes de la estrella brasileña llorando después de convertir el penal de la victoria podrían ser acompañadas perfectamente por "Como uma onda" (Como una ola) en la voz de Caetano Veloso.
"Nada de lo que fue, será", dice la canción.
Como si estuviera dedicada a la maldición brasileña en fútbol olímpico que terminó para siempre con ese penal de Neymar.
Los deportistas
El desfile de los atletas fue muy otra extensión de la alegría-tristeza que reinaba en un Maracaná feliz por su fiesta pero nostálgico por la despedida.
Los deportistas entraron al Maracaná entremezclados entre diferentes países, con sus medallas al cuello, cargándose a hombros unos a otros, bailando con la música electrónica y la samba que acompañaba su paso.
La lluvia, que caía de forma constante, en algunos momentos con cierta intensidad, no mermó la alegría de los deportistas, que no paraban demoverse y saludar.
Fue el momento para las selfies con la estadounidense Simone Biles, quien se va de Río de Janeiro con cuatro medallas de oro y una de bronce.
La delegación de Reino Unido fue una de las más animadas de la ceremonia de clausura.
Los deportistas británicos ingresaron al Maracaná con zapatillas con luces de led, rojas blancas y azules.
Las luces intermitentes, que cambiaban de color en todo momento, se podían ver de todo el estadio.
El equipo británico también tuvo un detalle en sus chaquetas dedicado a los organizadores de los Juegos y a los futuros anfitriones.
Se podía leer "obrigado" (gracias) a Río de Janeiro y "konichiwa" (hola) a Tokio, sede de la siguiente Olimpiada.
La delegación japonesa, mientras tanto, entró portando banderas niponas y de Brasil.
Pero la gran sorpresa de Japón recién estaba por ocurrir...
Organización
30.000 voluntarios y 300 danzarines fueron parte del acto final de Río 2016.
La escenógrafa Rosa Magalhaes, reconocida por su trabajo como directora de las mejores escuelas de samba del país, afirmó que fue un acto "muy brasileño".
El cierre de Río 2016 contó con la participación de la comparsa Cordao da Bola Preta, la más popular del carnaval de Río.
Se estima que cerca de 3.000 millones de personas siguieton la ceremonia por televisión.
El Maracaná tiene espacio para albergar a 70.000 personas, pero no se llegó a llenar.
Organizadores manifestaron que la intensa lluvia afectó la participación de la gente.
El corresponsal de BBC Mundo en Brasil, Gerardo Lissardy, reportó desde Río de Janeiro que una fuerte lluvia y vientos precedieron a la ceremonia de clausura.
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, no participó del acto de cierre.
En la ceremonia de inauguración tuvo que soportar una fuerte silbatina y abucheos cuando tomó la palabra.
Tokio 2020
Tokio, la sede de la próxima edición olímpica, aprovechó la ceremonia de clausura para dar una muestra de lo que prepara para 2020.
Y casi se roban el show. O tal vez sí lo hicieron.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, sorprendió a todos al aparecer disfrazado del emblemático héroe de videojuegos Mario Bros. desde una tubería verde de artificio.
Un videoclip con famosos personajes animados japoneses fue proyectado como anticipo de lo que sucederá en cuatro años.
Series japonesas como Los Supercampeones, Doraemon y Hello Kitty también fueron parte del video.
La bandera olímpica, recogida y doblada en medio del legendario estadio Maracaná de esta ciudad brasileña, fue devuelta por el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, al presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, quien se la entregó enseguida a la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike.
La ceremonia de entrega de bandera simboliza la transferencia de la sede olímpica de una ciudad a su sucesora, con lo que Tokio dio inicio este mismo domingo a su ciclo olímpico.
El acto precedió a una corta presentación artística de lo que Tokio ofrecerá en 2020, una mezcla de tradiciones y tecnologías de punta.
Música, baile, trajes espectaculares, atletas entusiastas, canciones maravillosas y la promesa de una gran cita en Japón dentro de cuatro años.
Así se terminó Río de Janeiro 2016.