"Es difícil lograr penetrar el mercado de Estados Unidos. Los Beatles lo lograron, también One Direction. Ahora creo que es el turno del rugby".
Este sábado se jugará por primera vez en suelo estadounidense un duelo de la máxima categoría del rugby de Inglaterra, país que está dando cabida al "otro" deporte de la pelota ovalada.
El partido entre London Irish y Sarancens, que se jugará en Nueva Jersey, es la respuesta de la Premiership inglesa al espectáculo que la NFL, la liga profesional de fútbol americano, realiza anualmente en Londres.
La capital británica se transforma para recibir la fiesta deportiva estadounidense, pero más allá del ruido que repercute con una agresiva campaña de promoción, el fútbol americano sigue estando reservado a un nicho de aficionados, muchos de los cuales son inmigrantes.
Lo mismo espera que ocurra el director comercial de la Premiership inglesa, Dominic Hayes, al fin de cuentas cada país tiene su propio deporte de pelota ovalada y choques violentos para satisfacer el paladar de sus propios aficionados.
Y menospreciar, de paso, al "otro" deporte.
Las comparaciones son inevitables y la pregunta que suele repetirse para marcar la diferencia entre ellos es, ¿en cuál están los jugadores más rudos?
En los países donde predomina el rugby se defiende que los jugadores son más valientes al jugar con sus cuerpos expuestos al impacto.
En Estados Unidos responden que si hay algo que hacen las protecciones que llevan los jugadores, es motivarlos a descargar toda la fuerza de sus cuerpos, sin dosificar un ápice la energía final de contacto.
El jugador de fútbol americano es en promedio levemente más alto, aunque mucho más pesado, recorre mucha menos distancia durante los partidos y gana mucho más dinero.
El de rugby, por su parte, suele ser más completo ya que está obligado a participar en diferentes facetas del juego, desde correr con el balón dominado hasta bloquear al rival en labores defensivas.
En el fútbol americano las posiciones son más específicas y puede haber partidos en los que los jugadores ni siquiera tocan la pelota.
Para la leyenda de la NFL y comentarista de la BBC, Osi Umenyiora, el fútbol americano es, de fondo, más rudo, pero su contraparte de rugby en la cadena británica, Phillip Matthews, resalta que si esa opinión se basa en los violentos choques que se producen entre los jugadores en los partidos, es necesario especificar las facetas de juego que se presentan.
Como ejemplo citó el scrum, el momento en que ocho jugadores de los dos equipos se sincronizan para producir la mayor cantidad de fuerza posible.
Esa fuerza de masa y aceleración es equivalente a recibir el choque de un auto circulando a 45 kilómetros por hora, cargar en la espalda un rinoceronte o la mordida de un cocodrilo.
En fútbol americano, al producirse una fuerza individual de choque, ésta resulta menor, pero no por eso es menos importante.
Lo cierto es que en el máximo nivel de ambos deportes los jugadores son rudos por naturaleza. Para llegar a una conclusión comparativa sería necesario llevar a cabo una investigación científica en el que se coloque a dos jugadores de características similares y que desempeñen posiciones equivalentes.
Pero si se habla de un proceso científico, la dureza se define como la habilidad de un material de absorber la energía y de deformarse sin fracturarse.
En este caso se podría decir que los jugadores de rugby son más rudos, ya que sus cuerpos son los que absorben directamente la energía. En fútbol americano, el primer impacto lo recibe las protecciones.