El halo de seguridad, la novedad más polémica de la Fórmula 1
AFP
Es la novedad más polémica en la Fórmula 1 desde el abortado sistema de clasificación en 2016, aunque el halo, un sistema de protección frontal del “cockpit” de los monoplazas introducido en este 2018, ha llegado para quedarse.
Desarrollado los dos últimos años por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) tras una serie de accidentes mortales, el halo tiene por misión proteger la cabeza de los pilotos en caso de choque con un objeto propulsado en el aire.
En las pruebas realizadas por la FIA, la estructura de titanio en forma de quilla (o de tira de chancla para sus detractores) ha permitido desviar una rueda lanzada a 225 km/h, aunque pese a este éxito no ha conseguido convencer a todos, ni en el “paddock” ni fuera, a escasos días del inicio de la temporada, el domingo en Melbourne.
Además de los puristas, que defienden que los monoplazas de Fórmula 1 son por naturaleza autos abiertos, las mayores preocupaciones de los reticentes a este sistema son primero estéticas, a imagen del patrón de Mercedes Toto Wolff, que hace unos días reclamó una "motosierra" para eliminar el halo.
"Pienso que hay que velar por la seguridad de los pilotos, pero hay que encontrar una solución que tenga una mejor apariencia", comentó, más en serio.
"Sabíamos desde hacía un tiempo que esto tenía que llegar y creo que después de algunas carreras lo habremos olvidado por completo", temperó la estrella de las Flechas Plateadas, el británico Lewis Hamilton.
Difícil integración al chasis
Otros pilotos, como el español Fernando Alonso (McLaren) considera que "no debería haber debate" sobre un elemento que mejora la seguridad de los monoplazas.
Integrar el halo al chasis no ha sido fácil para los equipos, ya que no todos estaban preparados en otoño (boreal) pasado, cuando se anunció la introducción de este dispositivo, que solo se puede adquirir a través de tres suministradores certificados.
"Han sido meses de trabajo", confirmó a la AFP el director deportivo de McLaren Eric Boullier. "Ha supuesto varios desafíos en cuanto al peso del vehículo y a la interacción con su eficacia aerodinámica".
También tiene un coste nada despreciable, "varios cientos de miles, quizá un millón, de dólares" para Force India, según su director de operaciones Andrew Green.
Los pilotos temían que su visión se viese perjudicada por la barra vertical que une el halo al “cockpit”, justo delante de sus ojos, pero no es el caso.
En cambio, si ha complicado más la operación de entrar y salir del habitáculo y algunos equipos utilizan una especie de estribo para facilitar la tarea a sus pilotos.
¿Problemas de visibilidad?
En carrera, algunos pilotos sí temen que el halo obstaculice su vista a la hora de ver los semáforos verdes de la salida o que suponga un problema de visibilidad en las pistas con grandes desniveles.
"Podría ser un problema en una curva como Eau Rouge (en el trazado belga de Spa-Francorchamps). Cuando estemos abajo, en pelotón, no veremos si un piloto hace un trompo o si choca contra el muro arriba", asegura el danés Kevin Magnussen (Haas), uno de los principales detractores del dispositivo.
El tiempo necesario para salir de un monoplaza equipado con halo también inquieta a algunos, sobre todo en caso de incendio, aunque la FIA remarca que, al contrario, facilitará la extracción del piloto de un auto volcado, ya que el auto reposará precisamente sobre esa estructura.
"El año pasado, tuvimos 42 accidentes mortales en carreras automovilísticas", recordó el presidente de la FIA Jean Todt ante la prensa la semana pasada en Londres. ¿Imaginen cómo nos sentiríamos todos si ocurre algo que el halo hubiese podido impedir?".
Todt, no obstante, no se cerró a posibles modificaciones. "Estoy seguro que seremos capaces de mejorarlo en el futuro", dijo a los críticos.
Mientras tanto, McLaren juega la baza del humor y ha colocado sobre el halo de sus monoplazas el nombre de un patrocinador... una marca británica de chanclas.
Esa marca, además, pondrá a la venta en breve unas chanclas “Halo edition” con los colores naranja y azul, los mismos que los de la histórica escudería de Woking. Los beneficios de las ventas se destinarán a obras de caridad.