En medio de las crecientes preocupaciones por el brote de coronavirus, la NBA pidió a sus equipos que preparen estrategias de contingencia en caso de que fuera necesario disputar partidos sin público, según reportó este viernes la cadena ESPN.
En el memorándum enviado a sus franquicias, la liga de básquetbol les demanda que comiencen a desarrollar planes para jugar partidos con únicamente "el personal esencial" presente, en caso de que fuera necesario.
Preguntado este viernes por la posibilidad de tener que jugar con las gradas vacías, la estrella de Los Angeles Lakers Lebron James lo rechazó de manera rotunda: "No, es imposible. Yo no juego si no tengo aficionados".
"Es para ellos que yo juego. Para mis compañeros de equipo, para los fans, de eso va todo esto (...) ¿Salir a una pista y que no haya aficionados? Yo no juego. Nunca he jugado un partido así", dijo "King" James a la prensa tras el choque ganado por los Lakers ante los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo.
La NBA había enviado previamente a principios de esta semana otro memorándum con recomendaciones para que los jugadores se protejan de posibles contagios del coronavirus, como saludar a los aficionados chocando los puños en lugar de las palmas de las manos.
También les pedía que evitaran tomar con la mano objetos como bolígrafos, pelotas o camisetas que los seguidores suelen ofrecerles para que les firmen autógrafos.
"La salud y seguridad de nuestros empleados, equipos, jugadores y aficionados es primordial", dijo la NBA en un comunicado el lunes. "Nos estamos coordinando con nuestros equipos y consultando con los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) y especialistas en enfermedades infecciosas sobre el coronavirus y continuamos monitoreando la situación muy de cerca".
La expansión global del COVID-19 ha causado estragos en el calendario deportivo internacional forzando la cancelación o aplazamiento de competiciones de Fórmula 1, golf y fútbol, entre otros deportes.
Más de 200 personas han contraído el virus y una docena han fallecido en Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump sancionó una ley de gastos de emergencia por 8.300 millones de dólares para combatir el brote.
