AFP
Perú trató, se desesperó, atacó pero no logró hacerle daño a una Nueva Zelanda básica, sin brillo ni claridad, que jugó como pudo y sacó un valioso 0-0 en el partido de ida del repechaje por un cupo a Rusia-2018.
Resentido por la ausencia de su capitán Paolo Guerrero pero inspirado en él, la escuadra inca trató de apoderarse del partido pero le fue difícil finiquitar, con imprecisiones de André Carrillo y poca efectividad de Edison Flores y su atacante Jefferson Farfán.
Los "kiwis", que pasaron gran parte del juego defendiéndose, se crecieron en la recta final, apelando a su velocidad, y arrastró en su desorden a la escuadra visitante.
La escuadra inca no va al Mundial desde España-1982 y aún sueña con ir a Rusia-2018. Deberá jugarse la vida en el duelo de vuelta el 15 de noviembre en el Estadio Nacional de Lima.
Los incas dominan
Los incas se apoyaban en el desequilibrio que generaba Carrillo, quien encaró al inicio a los neozelandeses por ambas bandas, aunque luego se perdió, restando efectividad a su escuadra, y debió ser cambiado en la segunda mitad.
Los "kiwis, por su parte, consiguieron poco éxito en sus balonazos, replegaron sus naves y aunque optaron por defenderse durante la primera parte del duelo, luego se envalentonaron y trataron de proponer ataque.
Perú lo quería todo, aunque no sabía cómo lograrlo. Avisó a los seis minutos. Un pase preciso de Christian Cueva llegó hasta Jefferson Farfán, quien insertó la punta del botín derecho para picar una bola entre dos defensas.
El portero Stefan Marinovic la sacó de la línea y ahogó el grito de gol de un país que lo veía por televisión a 11.000 kilómetros de distancia. La inocencia de la visita hacía presagiar una arremetida peruana. Pero no fue fácil.
Perú dominaba el balón y los "All Whites" no conseguían pasar el mediocampo. Apostaban por el pelotazo y el contragolpe. A los 16 minutos, los incas volvieron a tenerla clara. A tiro de gol, Cueva mandó el balón a volar.
Aunque sus propuestas de ataque eran básicas y hasta inocentes, Nueva Zelanda conseguía contragolpear con toda la humanidad de Tommy Smith -de 1,88 m- y también con la velocidad de Ryan Thomas. Sin dribleo, se estrellaban en la línea inca.
Mucho toque, poco brillo
El juego se emparejaba. Los "All Whites" proponían por altura, ganaban los balones divididos y recuperaban su medio campo. El partido se enredaba en el centro.
Perú quería hacer salir al rival. Le costaba convertir en gol su buena posesión de pelota ya que, sin Guerrero, no había quien recibiera con efectividad el balón adelante.
"Cuando intentamos buscar la contra siempre encontramos a sus líneas bien armadas", dijo el mediocampista peruano Edison Flores.
La ausencia de Guerrero pasó factura y se fueron sin goles al descanso.
Al retorno, ante la incapacidad de Perú para concretar, los "All Whites" se crecieron, mientras los incas ensayaban jugadas de lujo: pases consecutivos de taquito que ni en sus mejores sueños se imaginarían hacer ante sus tradicionales rivales sudamericanos.
Ahora sí... pero no
A los 58 minutos, Perú volvió a perderse una segunda ocasión clara: tras llegar con buen toque, Edinson Flores recibió un balón que prefirió pasar antes que disparar. Un menudo Aldo Corzo se envalentonó luego a los 62 y ganó el salto de cabeza, obligando a Marinovic a sacarla con la punta de los dedos.
Flores volvió a probar a los 64. Perú empezaba a creer en el triunfo. Farfán probaba de cabeza dos minutos después. Pero nada.
Sin rumbo, los "All Whites", por su parte, recurrían a faltas groseras y hasta evidentes para el árbitro. A los 75 minutos, el DT Anthony Hudson arriesgó con Chris Wood, del Burnley inglés, pero sin mayor diferencia.
Su jugada más clara llegó a los 85, cuando un disparo de Ryan Thomas rozó el palo.
Perú tenía todo: mayor habilidad, mayor destreza, más picardía, buen toque, pero se dejó arrastrar por el desorden neozelandés y ahora se lo jugará todo a la cara o cruz de la vuelta.