La rusa Anzhelika Sidorova, que compite con bandera neutral por la sanción que pesa sobre su país desde 2015 por un escándalo de dopaje institucional, se convirtió en la nueva campeona del mundo del salto con garrocha, este domingo en Doha.
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Sidorova, de 28 años fue la única en superar la barra de 4,95 metros, en su tercer intento, con lo que se quedó en el último momento con el título, relegando a la estadounidense Sandi Morris (4,90 metros) una vez más a la plata.
La griega Ekaterini Stefanidi, campeona olímpica y oro en el anterior Mundial, tuvo que conformarse con el bronce, tras quedarse con 4,85 metros.
Stefanidi no estuvo tan inspirada como en otras grandes noches. Pasó la barra de 4,80 y 4,85 a la segunda, mientras que Sidorova y Morris lo habían hecho a la primera.
Sus dos rivales superaron la de 4,90 a la primera y ella falló de nuevo en el primer intento.
Eso seguía relegando a la griega a un tercer puesto, por lo que tuvo que arriesgar en sus dos últimos intentos ante la barra de 4,95 metros, que no pudo superar.
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Morris había sido ya subcampeona olímpica en 2016 y mundial en 2017, en ambos casos por detrás de Stefanidi. Esta vez la superó, pero tampoco pudo conseguir el ansiado oro.
Las dos saltadoras latinoamericanas que se llevaron sendos bronces en Londres-2017, la venezolana Robeilys Peinado y la cubana Yarisley Silva, no pudieron estar vez repetir medallas.
Peinado fue séptima de la final (4,70 metros, igualando su récord de Venezuela), mientras que Silva acabó undécima (también 4,70, pero con más derribos).
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