Tras su sorpresiva victoria en los 200 metros de los Campeonatos Mundiales de Atletismo que acabaron este fin de semana en Londres, el corredor Ramil Guliyev se envolvió en las banderas de Turquía y Azerbaiyán.
Guliyev nació en Azerbaiyán cuando todavía pertenecía a la Unión Soviética, pero en 2011 solicitó cambiar su afiliación a Turquía en medio de mucha polémica, pues las autoridades azerís se opusieron enérgicamente.
A pesar de eso, el cambio significó que Turquía pudo obtener su primera medalla de oro en un campeonato mundial de atletismo.
El caso de Guliyev es apenas uno en una larga lista de transferencias legales de atletas. Pero, ¿por qué cambian los atletas su nacionalidad?
1. Zharnel Hughes (de Anguila a Gran Bretaña) - Oportunidades
El atletismo está lleno de personas que tratan de llegar a la cima aprovechando cualquier ventaja que puedan tener, algunas de estas, desafortunadamente, ilegales.
La naturaleza de la competencia es tan intensa y los márgenes tan ínfimos que las estrellas élites hacen cualquier cosa para tomar un poco de distancia a sus rivales.
Uno de los métodos que puede tener un gran impacto, y que sí es ilegal, es convertirse en ciudadano de otra nación.
Un atleta que realmente cree en sí mismo tiene -se puede decir con justificación- toda la razón para tratar de conseguir mejores oportunidades en su carrera. Y si eso significa cambiar de país, que así sea.
Si el deportista viene de un país pequeño con instalaciones limitadas y poco presupuesto, es esperable que evalúe la posibilidad de obtener mayor financiamiento para pagar a mejores entrenadores, pistas y capacitación.
Por ejemplo, el corredor anguilano de 200 metros Zharnl Hugues asegura: "Siempre supe que para correr en una Olimpíadas necesitaba ponerme la camiseta británica". "Así es como soñé que debía ser".
Otro velocista de 200 metros, Miguel Francis, también se nacionalizó británico pues nació en Montserrat, un territorio de ultramar de Reino Unido que no tiene su propio equipo olímpico.
"Creo que tendré menos estrés cuando esté en un ambiente donde la gente te cuida mejor", le comentó a la BBC el año pasado. "De veras creo que mi rendimiento será mejor".
2. Fiona May (de Gran Bretaña a Italia) - Amor
El equipo de atletismo de Gran Bretaña también fue víctima de una deserción en 1990, cuando la atleta de salto en largo Fiona May decidió por competir por Italia.
May nació cerca de Londres y compitió por Gran Bretaña en los Olímpicos de Seúl 1988, pero sintió que las autoridades de atletismo de ese país no la estaban tomando suficientemente en serio.
Así fue que optó competir por Italia, el país de su esposo, el saltador con garrocha Gianni Iapichino.
May no sólo se convirtió en doble campeona mundial, sino que además hizo la transición a la televisión italiana y ahora es una destacada celebridad en ese país.
"Si viajo a cualquier lugar del mundo, hasta los italianos allí saben quién soy y me consideran italiana. Saben que era británica y que competía para Gran Bretaña, pero para ellos yo soy italiana", expresó.
También defiende que otros cambien de nacionalidad si sienten que así avanzarán en sus carreras.
Cuando la saltadora de largo de Anguila Shara Proctor decidió competir por Gran Bretaña en 2012, una oleada de atletas que hizo lo mismo y fueron criticadas por algunos en la prensa de Reino Unido como "británicos de plástico". May salió en su defensa diciendo: "Me gustaría que las dejaran en paz".
"Anguila no tiene un Comité Olímpico Nacional y es un territorio británico, así que no veo de que es lo que se quejan", añadió. "Es la realidad de la vida, así que acéptenlo".
3. David Torrence (de EE.UU. a Perú) - Competencia
Si eres un buen atleta pero reconoces que tal vez no eres lo suficientemente bueno para llegar a la cima, posiblemente un cambio de país sea tu pasaje a la gloria.
El equipo de campo y pista de Estados Unidos, por ejemplo, es extraordinariamente fuerte. De lejos están primeros en la tabla de medallas de Londres 2017, su sitio acostumbrado en cualquier evento atlético en el que participan.
Pero otros países tienen una competencia menos intensa para un lugar en el equipo.
Si no eres de los mejores pero sigues queriendo tener una oportunidad de ser seleccionado regularmente para participar en importantes campeonatos, esas naciones se han convertido en una opción atractiva.
O como el corredor estadounidense David Torrence, ahora de Perú, explicó una vez: "Todos se reduce a ¿por qué corro? Amo la competencia y las carreras y todo lo que implica ese proceso, pero también me gusta trabajar con niños, inspirar a la juventud y me veo como parte de un movimiento que insta a las personas a correr", dijo.
"En EE.UU. siempre va a haber un equipo completo de gente en todo evento y en casi todo deporte. No hay escasez de héroes o atletas ejemplares".
"Pero Perú no está enviando equipos completos. No manda toneladas de atletas ni en pista y campo, ni en ninguno de los otros deportes". En otras palabras, si no puedes ser un héroe en tu tierra puedes serlo en otro lugar.
4. Merlene Ottey (de Jamaica a Eslovenia) - Adoptar un país
Merlene Ottey, una de las leyendas del atletismo femenino en velocidad y doble campeona mundial de los 200 metros, cambió de nacionalidad tarde en su carrera deportiva.
Su trayectoria continuó luego de haber ganado en múltiples ocasiones para Jamaica, cuando fue seleccionada para el equipo de relevos de Eslovenia a los 50 años.
Cuando Ottey llegó por primera vez a Eslovenia, el país de su entrenador, en 1998, ya tenía 38 años. "Fue amor a primera vista", expresó.
Cuatro años después, ya instalada en la capital Liubliana, se nacionalizó eslovena. Jamaica no se opuso a la medida, en parte como reconocimiento de todo lo que la atleta hizo por ese país, aunque Ottey reconoce que algunos allí no estaban de acuerdo.
"En Jamaica siempre encuentras tantas opiniones diferentes en estos casos y lo que hace es estimular el debate, muchas veces acalorado", dijo.
Otro que hizo lo mismo al final de su carrera fue Wilson Kipketer, de Dinamarca.
Nacido y criado en Kenia, Kipketer viajó a Dinamarca como estudiante, antes de tomar la decisión de entregarse de lleno a una carrera de atletismo, y le gustó tanto que decidió competir como danés.
Su decisión le brindó a su nuevo país, que antes no había tenido mucho éxito en las carreras de media distancia, tres medallas de oro en campeonatos mundiales en los 800 metros.
5. Saif Saaeed Shaheen (de Kenia a Qatar) - Por dinero
Esa es, naturalmente, la gran razón. Y todo el mundo lo sabe.
Se ha vuelto un problema tan grande que el jefe de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, Sebastian Coe, se comprometió a cambiar el reglamento cuando se volvió "abundantemente claro" que las "frecuentes y múltiples transferencias de lealtad, especialmente de África" significan que el actual sistema "ya no cumple su propósito".
"El atletismo tiene que estar basado en equipos nacionales y eso es particularmente vulnerable", añadió.
Una mirada a la lista de atletas que compiten para los países ricos del Golfo como Bahréin y Qatar confirma la situación.
Tal vez sea injusto destacar solamente a Shaheen -que nació con el nombre de Stephan Cherono- pero lo hacemos en parte porque su traslado de Kenia a Qatar es tan típico y también porque fue objeto de las condenas del presidente de su país Mwai Kibaki.
Shaheen se transfirió en 2003, apenas a tiempo para convertirse en el campeón mundial de los 3.000 metros con obstáculos de su país adoptivo, una hazaña que repitió en 2005.
En esa época, se reportó que iba a recibir US$1 millón de Qatar, aunque él lo negó, así como US$1.000 mensuales por el resto de su vida.
Pero el dinero tuvo un costo personal para Shaheen.
Después de ganar oro en París, en 2003, su hermano, que también compitió en la carrera pero para Kenia, rehusó felicitarlo.
Luego, en 2004, cuando estaba en la cúspide, Kenia no le dio permiso a Shaheen para competir en los Juego Olímpicos.
Según la reglas de las Olimpíadas, un atleta que cambia de nacionalidad no puede representar a otro país durante tres años a no ser que ambas naciones concuerden y Kenia rehusó.
Fue así como Shaheen se perdió los Juegos de Atenas 2004 y su mejor oportunidad de ser campeón olímpico.