Australia fue testigo privilegiado de uno de los goles más espectaculares en lo que va de 2018. Incluso algunos ya lo postulan al Premio Puskás, reconocimiento que hace la FIFA a la mejor anotación de la temporada.
El autor de la obra de arte fue Riley McGree, de sólo 19 años, jugador del Newcastle Jets de la A-League australiana, que enfrentaba al Melbourne City, club que pertenece al mismo propietario del Manchester City, el Coty Football Group.
Los locales perdían por 1 a 0 cuando, después de una pared, el cuerpo le queda incómodo para recibir el balón y, con el taco, lo levanta dándole una dirección tal que entró de "globito", dejando sin opción al meta de la visita y generando el asombro de propios y ajenos. Un golazo.
Como anécdota, y aunque el tanto debiera valer por cinco, el gol contribuyó a la victoria por 2 a 1 del dueño de casa y esperan rival que saldrá de la otra llave entre el Sydney FC y el Melbourne Victory.
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