En realidad no hay pruebas científicas de que, en lo que a fútbol se refiere, la de México sea la selección que más rechazo genera en los demás países de América.
Pero esta semana dos penales cobrados a favor de la escuadra tricolor en los últimos minutos del partido probablemente no ayudarán a disminuir ese sentimiento de antipatía alrededor del continente.
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Sucedieron en distintos días, pero ambos definieron el paso de México a la final de la Copa de Oro 2015 que se celebrará este domingo en el Lincoln Field de Filadelfia, Estados Unidos.
El primero ocurrió este domingo y fue otorgado en el minuto 123 del extratiempo de los cuartos de final contra Costa Rica, lo que le permitió marcar a Andrés Guardado el gol de la victoria y sellar el pase a semifinales.
"No fue penal. Perder así NO se vale. México no ganó el partido, se lo regalaron envuelto en celofán. ¡Qué vergüenza!", escribió el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, en su cuenta de Twitter.
Entonces llegó el segundo acto de la polémica: este miércoles, en el minuto 89 de la semifinal ante Panamá y cuando México perdía 1-0, el árbitro Mark Geigger le dio un penal a los mexicanos después de un entrevero en el área.
"Tengo una desilusión del fútbol. Es un daño para el fútbol, a todos se nos sale de la mano el manejo de lo que paso hoy. Un partido no se daña así", dijo el técnico de Panamá, el colombiano Hernán Darío Gómez.
Y las polémicas dejan una incógnita detrás: ¿aumenta esto el sentimiento en contra de la selección mexicana?
El penal del minuto 89
Primero hablemos de penales y, sobre todo, del más reciente que sirvió para que México empatara el partido frente a los "Canaleros".
En un encuentro complicado, Panamá había logrado irse adelante en el marcador con un gol del defensa y también capitán Román Torres en el minuto 56 y soñaba con estar por tercera vez en una final de la Copa de Oro.
Hasta el minuto 89. Después de varios ataques frustrados, México se jugaba los restos con una buena triangulación que terminó con un ataque en el área panameña.
Allí, el capitán Torres logró interceptar la pelota y rechazarla, pero con tan mala suerte que perdió el equilibrio y cayó con su cuerpo sobre el balón. Los mexicanos pidieron mano. Y el juez Geigger otorgó el penalti.
El delantero del PSV Eindhoven Andrés Guardado marcó. Los panameños protestaron y hasta quisieron abandonar el campo de juego. La polémica inundó los medios y las redes sociales.
"Estoy avergonzado. Nunca me sentí así ni como jugador ni como entrenador. Los últimos goles que marcó México en la Copa de Oro han sido de penalti y dos de ellos han sido muy injustos", dijo el exdelantero mexicano del Real Madrid, Hugo Sánchez.
"Panamá hizo más por el partido y fue injusto que no estuviera en la final", añadió.
Después, en el extratiempo, de nuevo se pitó otro penal -esta vez mucho menos dudoso- y Guardado marcó y de esa manera México se clasificó a la final.
El gigante antipático
Y son tal vez esas denuncias de injusticias a las que se refiere uno de los referentes del fútbol mexicano, acumuladas a través de los años, lo que han generado sentimiento de antipatía entre aficionados de la región.
En este sentido, la situación actual recuerda el momento de las eliminatorias del Mundial en 2013, cuando México sufría para llegar al torneo de Brasil 2014 y muchos en el continente celebraban la situación de la tricolor.
"En Centroamérica se ve a México como el gigante que siempre nos ha lastimado y por eso no se lo quiere", le explicó a BBC Mundo José Luis Barralaga, editor de deportes del diario hondureño La Prensa, en 2013, cuando abordamos este mismo asunto.
"Y al verlo en una situación crítica, como que la región se une. Pero a Sudamérica también le gusta eso", agregó.
La animadversión contrasta, especialmente en el caso centroamericano, con el aprecio que se le tiene a México en todo aquello que no tenga que ver con "el deporte más hermoso del mundo".
Y el aparente consenso que existe entre los aficionados de América Latina en contra de la selección mexicana tampoco parece tener equivalentes a nivel internacional o en otros continentes.
"Cómo será, que la frase que más caracteriza a los costarricenses, el 'pura vida', está tomada del título de una película mexicana", le dijo en 2013 a BBC Mundo Gustavo Jiménez, director del periódico deportivo Al Día, de Costa Rica.
"Pero todo eso desaparece cuando se trata de fútbol", aceptó.
Las razones de Sudamérica
El periodista colombiano Juan Diego Ramírez cree que, en el fondo, el problema de los suramericanos con México tiene que ver sobre todo con un asunto de méritos deportivos.
"Obviamente aquí nuestras principales rivalidades son otras", le comentó el reportero de El Espectador a BBC Mundo.
"Pero creo que hay cierto resentimiento con esa selección porque tiene un estatus mundial que es engañoso, pues disputa unas eliminatorias que son muy fáciles", explicó.
Según Ramírez, el fútbol mexicano "cae mal porque se creen lo que no son".
Por eso, tal vez no deja de ser paradójico que las críticas de México al nivel futbolístico de la Concacaf sean parte de lo que molesta a sus vecinos centroamericanos.
"Manuel Lapuente, que fue técnico de México, decía: 'nosotros tenemos la desgracia de estar en un área que no es competitiva y no podemos aprender nada de los centroamericanos'", recordó Arias.
"Y cada vez que un centroamericano ve eso le entra rabia", reconoció el periodista salvadoreño.
Pero lo cierto es que, más allá de la percepción que se tiene de México entre algunos aficionados de la región, el "Tri" puede presumir de un extenso palmarés en el que se incluyen dos campeonatos mundiales sub-17, una medalla de oro olímpica, una Copa Confederaciones y seis títulos en la Copa de Oro de la Concacaf.
Y aunque con polémica, tiene ante sí una final para alcanzar su séptimo título.
Son sentimientos de fútbol, un deporte con mucha historia y memoria selectiva, en el que importa el presente.
