"Panama Papers" vuelven a señalar a Messi
Parte del entramado societario que la familia de Lionel Messi utilizó en Panamá entre 2010 y 2013 para evadir el pago de impuestos continúa activa, según muestran nuevos documentos del despacho Mossack Fonseca revelados ahora. Diversos medios han empezado a desgranar el contenido de esta nueva filtración de los ya conocidos como "papeles de Panamá", por lo que se irán conociendo nuevos datos en los próximos días.
Miles de nuevos documentos de la firma de abogados, que incluyen correos electrónicos, listas de beneficiarios y expedientes de casos delictivos (fechados todos ellos entre principios de 2016 y finales de 2017) filtrados al diario alemán Süddeutsche Zeitung y publicados este miércoles por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) muestran que en la mayor parte de los casos, Mossack Fonseca no conocía a los beneficiarios finales de sus servicios, entre los que había celebridades mundiales, oligarcas y criminales.
Tras estallar en marzo de 2016 el escándalo, que acabó por provocar el cierre del bufete panameño este año, los empleados de la firma "comenzaron a trabajar furiosamente en una nueva misión: descubrir quiénes eran sus clientes", aseguró el ICIJ. "Los nuevos documentos revelan que la firma no pudo identificar a decenas de miles de propietarios de compañías que había registrado en jurisdicciones opacas de bajos impuestos", según el Consorcio.
"Dos meses después de que la firma supiese de la violación de sus registros, aún no podía identificar a los propietarios de más del 70 por ciento de las 28.500 compañías activas en las Islas Vírgenes Británicas (...) y no sabía quién era el dueño del 75 por ciento de las 10.500 empresas activas en Panamá, según los registros", agregó. "El desconocimiento de la empresa sobre quién se benefició de las compañías ficticias que ayudó a establecer representaba un riesgo significativo" para el bufete fundado por Ramon Fonseca Mora y Jurgen Mossack, obligado por ley a saber quiénes eran sus clientes.
En una entrevista con el Consorcio, la propia abogada de Mossack Fonseca, Guillermina McDonald, apuntó este mes que el bufete consideraba que sus clientes eran los abogados, banqueros y contables que servían de intermediarios, y no los usuarios finales.
La publicación de los papeles salpicó entonces a personalidades de la talla del presidente argentino, Mauricio Macri; el ex primer ministro británico David Cameron; el futbolista Lionel Messi, a miembros del círculo íntimo del presidente ruso, Vladimir Putin, o al entonces primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, quien tuvo que renunciar debido al escándalo.