Todos quería evitar a España, le tocó a Portugal. Los hispanos, fuera del bombo 1 de los cabezas de serie para darle espacio a Rusia, el anfitrión, era el gran "cuco" de los favoritos en la antesala del sorteo.
Fue el gran momento dramático de la ceremonia en Moscú.
El Grupo B, el de la península ibérica, amenazaba con transformarse en ese "Grupo de la Muerte" que toda Copa del Mundo necesita. Sin embargo, lo completaron Marruecos e Irán, dos escuadras que, a priori, no representan problemas para los últimos dos campeones de Europa.
Y así, los ocho grupos que quedaron no tienen demasiada fanfarria ni muchas dificultades para los grandes nombres.
Alemania, el campeón del mundo, tiene rivales que podrían considerarse parejos en México y Suecia, pero que no le deberían generar peligro.
Tampoco Francia, Argentina ni Brasil observan el cuadro con dudas. Les sucede lo mismo a Bélgica e Inglaterra, juntas en un Grupo G que deberían dominar frente a Túnez y el debutante Panamá.
Quizás las mayores dudas de la primera fase se concentran en si Rusia se sumará o no a Sudáfrica como el único anfitrión sin pasar a la segunda ronda. Comparte zona con Uruguay, Egipto y la Arabia Saudita de Juan Antonio Pizzi. El nivel que ha mostrado en los últimos años, sin asistir a Brasil 2014 y quedándose a la primera en la Copa Confederaciones, abre la interrogante.
El más parejo de los grupos es el H, con Polonia, Senegal, Colombia y Japón, donde todos asoman con opciones de avanzar, con ligera venteja de los europeos y los "cafeteros".
Si bien en cada torneo hay rendimientos sorpresivos que pueden desarmar todo lo anticipado, donde sí se prevé más disputa es los segundos lugares, en especial en el C (Australia, Perú y Dinamarca), el D (Islandia, Croacia y Nigeria), el E (Suiza, Costa Rica y Serbia) y el F (México, Suecia y Corea del Sur).
Una segunda fase prometedora
Los octavos de final del Mundial de Rusia 2018 vislumbra posibles duelos muy calientes.
Por ejemplo, Francia contra Argentina, si avanzan los dos, pero uno de ellos falla en adjudicarse su grupo.
También podría darse un choque sudamericano, si Perú llega a octavos en posición distinta a la de los albicelestes. El clásico del Río de la Plata, mientras tanto, podría darse en cuartos también si la fase inicial la terminan en lugares diferentes. Argentina-Brasil solo podría darse en semifinales o en la final.
La situación es la misma en el caso de Alemania y Brasil, en lo que podría constituir una revancha del 7-1 germano en 2014.
El camino de Colombia después de la fase original se presenta rudo. Puede aparecérsele Inglaterra, Alemania y Brasil.
Todo esto es ficción pura; teoría, a lo más.
Cuando la pelota empiece a rodar, el 14 de junio en Moscú, con el duelo entre Rusia y Arabia Saudita, llega la realidad.
