Deportes 13/AFP
El Marsella, pese a su victoria 2-0 de la ida, sufrió muchísimo para poder eliminar al Salzburgo en los últimos instantes de la prórroga con un polémico tanto (2-1), este jueves en la vuelta de semifinales de la Europa League, con lo cual será el rival del Atlético de Madrid en la final del 16 de mayo en Lyon.
Los austríacos lograron igualar la serie en el tiempo reglamentario con una diana del francés Amadou Haidara (53) y un tanto en contra de Bouna Sarra (65), forzando los 30 minutos suplementarios.
Fue ahí donde llegó la polémica. Y es que cuando se jugaban los minutos finales del segundo tiempo extra, el juez ruso Sergey Karasev cobró un inexistente tiro de esquina a favor de los galos.
Tras el córner, el caboverdiano nacionalizado portugués Rolando (116) cabeceó para anotar el agónico tanto que clasificó a los franceses, cuando el duelo parecía irse a la tanda de penales.
Esta determinación del árbitro vuelve a poner en entredicho el uso del VAR en las competiciones de la UEFA, luego de las polémicas que rodearon las semifinales en loa Champions League con sendos penales no cobrados a favor de Bayern Munich y Roma, que finalmente les costaron la eliminación ante Real Madrid y Liverpool, respectivamente.
El Marsella, ganador de la Liga de Campeones en 1993, jugará la quinta final europea de su historia y aspira a conquistar su primera Europa League, después de haber perdido las dos finales que disputó en el pasado en esta competición, en 1999 y 2004, cuando el torneo se conocía por su anterior denominación, Copa de la UEFA.
Además del título, el Marsella tendría la posibilidad de llevarse una plaza para jugar la próxima edición de la Champions, un objetivo por el que está peleando en la Ligue 1 y que a falta de tres jornadas no tiene en la mano, ya que es cuarto a un punto de la tercera posición y para conseguirlo por esa vía debería quedar dentro del podio.
Será por lo tanto mucho lo que el equipo de Rudi Garcia tendrá en juego el 16 de mayo en el césped del estadio del Lyon, un equipo con el que mantiene además una importante rivalidad y cuya cercanía, algo más de 300 kilómetros, hace prever una oleada de hinchas marselleses.