En junio pasado, todo era júbilo.
Benevento, el club de la ciudad italiana del mismo nombre, en la que apenas viven 61 mil habitantes y que es considerada la casa de las brujas durante la Edad Media, conseguía su primer ascenso a la Serie A.
La modesta historia del equipo del sur del país, el vecino desconocido de Nápoles y cuyo escudo lleva a una hechicera sobre una escoba, se tomaba las páginas deportiva.
La Cenicienta, le llamaban. En nada más que dos temporadas había pasado de estar en Tercera División al gran baile.
Cinco meses, el cuento de hadas se ha convertido en una verdadera pesadilla.
Benevento es el colista absoluto de la Primera División en la península, con ¡cero puntos! Ha perdido los 12 partidos que ha disputado, ha marcado apenas cinco goles y le han marcado 31.
El 25 de octubre, en el primer encuentro de Roberto De Zerbi tras la destitución de Marco Baroni, estuvo a punto de romper la racha. A los 90’+4 le empató 1-1 a Cagliari, generando una celebración que pareció de título mundial, con todo el plantel encaramado, exultantes… Sin embargo, en la jugada siguiente, Leonardo Pavoletti les arrebató la alegría.
Hace rato que ya se adueñó del infame récord del peor inicio del campeonato italiano, que estaba en manos del Venezia de la temporada 1949-50, que perdió sus primeros ocho partidos y en la novena recién pudo celebrar algo, un 1-1 ante Palermo en casa. De poco le sirvió, a fin de año descendió.
Este domingo, frente a Sassuolo, Benevento se juega evitar quedar solo como el equipo con el inicio de campeonato más malo en la historia de las grandes ligas de Europa.
Su rival tampoco viene muy bien. Ha sumado seis unidades y llega con una racha de tres derrotas en fila. Se ubica 17° entre 20, justo afuera de la zona de peligro.
Por ahora, los “Brujos de la Campania” comparten la lamentable estadística con el Manchester United 1930-31, cuando los “Diablos Rojos” estaban lejos de ser la fuerza que son hoy y convivían frecuentemente con la Segunda División, y el Grenoble francés de la campaña 2009-10. Ambas escuadras terminaron bajando.
Mientras los galos pudieron sumar por primera vez gracias a un tímido 0-0 ante Mónaco, los ingleses lo hicieron con un triunfo 2-0 sobre Birmingham.
Oreste Vigortio, el presidente de Benevento, responsabiliza de esta racha a la fama de la ciudad por las brujas. “Es culpa de ellas”, dijo secamente.
Agregó también: “Sí, soy supersticioso”.
La vida en el primer mundo del Calcio no ha sido nada sencilla para Benevento, acostumbrado a las pastos de la Tercera División, donde pasó casi toda su vida hasta que la bancarrota en 2005 generó un profundo cambio que, inesperadamente, terminó llevándolos a la Serie A.
El técnico De Zerbi, que llegó con apenas tres meses en la banca del Palermo como experiencia en Primera, espera cortar la malaria este domingo, en un partido que considera clave para el futuro de la escuadra. “Contra Sassuolo veremos si salimos del coma”, manifestó.
“¿Se salvan?”, le preguntaron.
“Sí, creo en eso”, sentenció.
No le queda de otra.
