"Te echaré de menos", escribió este domingo Francesco Totti sobre la última pelota que pateó como jugador profesional.
No era una despedida normal.
No era solo la despedida de una megaestrella que dejaba un legado tras de sí después de acumular millones de dólares.
No era solo la despedida de un ídolo.
No. Este domingo los amantes del fútbol asistimos a la extinción de una especie: la de los leales. La de los fieles.
Francesco Totti, "il Capitano", dijo adiós al fútbol tras 24 temporadas, un scudetto, 307 goles con la misma camiseta: la de la Roma. La de la "Loba".
Y lo hizo como un hombre: con lágrimas y lleno de temor.
"Apagar la luz no es fácil. Tengo miedo. No es lo mismo que se siente delante de la portería cuando tienes que marcar un penalti, esta vez no puedo mirar a través de los agujeros de la red qué habrá después", leyó tembloroso el capitán eterno apoyado sobre una de las pantallas de publicidad que rodeaban la cancha del Olímpico de Roma.
"Esta vez necesito vuestro calor. Con vuestro afecto seré capaz de pasar página y afrontar una nueva aventura", agregó.
Entonces lloró.
Y le cayó una lluvia de aplausos de todas partes del estadio, del mundo.
Incluso la de sus enemigos acérrimos: los hinchas de la Lazio, el otro equipo romano, ubicaron hace poco una pancarta en la curva norte del Olímpico.
"Los enemigos de una vida te saludan, Totti" se podía leer.
Todos estaban eufóricos por lo mismo. En el planeta fútbol donde los valores acaban reducidos por las ofertas de dinero, lo de Totti es una hazaña inédita.
Y en BBC Mundo, para que no los olvidemos, queremos repasar la historia de cinco jugadores que también le fueron leales a su club durante toda (o casi) su vida profesional.
Carles Puyol
"Tarzán" Puyol fue el capitán del que es considerado el mejor equipo de la historia: el FC Barcelona que dirigió Pep Guardiola entre 2008 y 2012.
El defensa central debutó en 1999, en plena celebración del centenario del club catalán. Y tras 593 partidos y 21 títulos con los blaugranas, dijo adiós en la temporada 2014.
Puyol también hizo parte de la generación dorada del fútbol español y estuvo en el título conseguido por su país en el Mundial de Sudáfrica 2010.
Ryan Giggs
El galés es uno de los símbolos del Manchester United, equipo en el que debutó en 1990 cuando tenía 17 años y donde se retiró a los 40 en la temporada 2015, después de disputar 963 partidos oficiales.
Giggs es el símbolo de la generación extraordinaria de los "Diablos Rojos", en la que estuvo acompañado por David Beckham, Paul Scholes (otro del club de los leales) y Gary Neville (quien también jugó toda su carrera en el United).
En su extensa trayectoria, Giggs se convirtió en el jugador con mayor cantidad de títulos alcanzados: 36 en total, incluidas dos Ligas de Campeones (1999 y 2008) y 13 títulos de la Premier League.
Rogério Ceni
Ser una estrella y elegir quedarse en el mismo club tiene doble mérito cuando se habla del fútbol sudamericano.
Por eso el registro del portero brasileño Rogério Ceni, quien jugó toda su vida profesional en el Sao Paulo, ha quedado inscrito en la historia.
Ceni debutó en el club paulista en 1992 y no salió del arco sino hasta 2015, cuando a sus 42 años decidió dejar atrás una carrera colmada de récords mundiales.
Aquí van dos: es el portero con mayor número de anotaciones en la historia, 123 goles, y es el futbolista con mayor número de partidos para un mismo equipo, 1.137 encuentros (aunque algunos señalan que ha disputado 1.174).
Y nunca se dejó tentar por el fútbol europeo.
Paolo Maldini
Paolo Maldini es otro símbolo de fidelidad. Y de juego limpio.
Hijo de otra leyenda del AC Milán, Cesare, Paolo Maldini debutó en 1985 y se retiró a los 41 años, como capitán, en la temporada 2009.
En su posición de lateral izquierdo, hizo parte de los históricos del Milán dirigidos por Arrigo Sacchi (1987-1991) y Fabio Capello (1991-1996), con los que cosechó tres títulos de Liga de Campeones y varios scudettos.
También hizo parte de los títulos europeos conseguidos en el 2003 y en el 2007. Además, fue subcampeón del mundo en Estados Unidos 1994.
Pero tal vez su mayor registro es que en casi 24 años, más de 1.000 partidos y con una posición defensiva, solo fue expulsado de forma directa una única vez.
Tony Hibbert
No es considerado una estrella, pero sí una leyenda dentro de eso que llamamos "jugador de un solo club".
Hibbert debutó con el Everton en 1998 y defendió el mediocampo del club británico hasta que decidió retirarse en 2016, tras 18 años en las canchas.
Uno de los datos curioso de Hibbert, es que el mediocampista -que es considerado ídolo dentro de la afición del equipo azul- solo marcó un gol con el club de Meyerside.
Pero ese gol lo puso en la vitrina de la historia de los llamados "Toffees".
Tras pasar 14 temporadas con el club sin una sola anotación, a principios de 2012 los hinchas hicieron una campaña para que Hibbert marcara el primer gol como profesional.
Y ocurrió en agosto de 2012: se enfrentaban al AEK de Atenas y Hibbert decidió cobrar un tiro libre. Gol, la tribuna enloqueció e invadió el terreno de juego para celebrar el primer y único gol de su ídolo.
Un jugador que no los abandonó jamás.