Esta semana se destapó un escándalo amoroso en el fútbol paraguayo. Despechado, Antonio González, presidente de Rubio Ñu, club de la Segunda División, rompió el contrato del jugador Bernardo Gabriel Caballero en un video publicado en Facebook y admitió que sostuvo un romance con él.
También se filtró una imagen íntima de ambos.
"Vamos a ser sinceros, esta es una persona (Caballero) que estaba conmigo en Rubio Ñu, era muy especial para mí. Entre paréntesis, era mi pareja personal. Y tenía todos los privilegios: vehículos que él nunca pensó manejar, Mercedes Benz, Land Cruiser, Prado, Hilux. De repente apareció una vieja loca, loco (Valentín, el supuesto nuevo agente), y se tuvo que ir del club, porque le llevó a Mar del Plata. Entonces tuve que tomar la medida para que no entre más al club. Ahí empezó todo", dijo el dirigente el jueves.
El futbolista mantuvo silencio hasta ahora y salió a acusar a González.
"Yo quiero aclarar muchas cosas, porque mucho se murmura, hacen memes, pero no saben lo que yo pasé y viví... (González) Me dijo que si salía en una foto con él, me iba a ayudar a lograr mi sueño. Me contó que era un empresario y que tenía muchos jugadores en su poder, me prometió que iba a representarme. Que podía enviarme incluso a jugar en el exterior. Que nada me iba a faltar y me iba a conseguir una casa para vivir", comentó a una radio de su país.
Caballero agregó que el dirigente le "prometió que me iba a pagar semanal y por partido ganado, pero había veces que no lo hacía porque se enojaba conmigo. Yo confié en él, pero luego me defraudé".
El jugador descartó que mantuvieran relaciones sexuales, aunque manifestó que otros compañeros sí lo hicieron: "Eso no. Él siempre me tenía en amenaza".
Cabellero aseguró que "hacía cosas que yo no quería hacer. Él me obligaba. Primero me amenazaba que me iba a hundir con las fotos, que iba a alzar a las redes sociales".