Goerge Weah, hoy candidato a la presidencia de Liberia, es considerado por lejos el mejor futbolista africano de la historia, luego de convertirse en 1996 en el primero (y hasta único) jugador de aquel continente que se alza con el Balón de Oro.
Hoy su nombre está ligado a la política, pero volvió a sonar en una cancha de la mano de su hijo Timothy, quien con 17 años se destapó este lunes con un triplete en el triunfo de Estados Unidos ante Paraguay en el Mundial Sub 17 de India 2017.
Luego de haber pasado inadvertido en los primeros duelos, esperó a los octavos de final para convertirse en el héroe y llevar a la selección norteamericana a cuartos del certamen juvenil con un “hat-trick”.
Con el número “10” en su camiseta, Tim abrió el camino para el triunfo a los 19’ y repitió a los 53’ para el 2-0, cerrando la faena en el 77’ con el definitivo 5-0 con que se selló el encuentro, eliminando de paso a los guaraníes del torneo.
Nacido en Nueva York en febrero del 2000, Tim Weah milita en las filas del poderoso Paris Saint Germain francés y defiende los colores del combinado estadounidense, llevando en sus espaldas el peso de la leyenda que fue su progenitor.
“Me da consejos constantemente y me dice que todo es posible, que puedo ser lo que me proponga ser”, declaró en su momento el muchacho a la página oficial de la FIFA.
El organismo destacó que “ser el hijo de una leyenda es una herencia pesada de llevar cuando uno decide seguir el mismo camino que su papá, pero Tim Weah maneja bastante bien el tener estampado en su camiseta el apellido de uno de los mejores futbolistas africanos de la historia”.
Su padre, hoy senador, competirá el 7 de noviembre próximo en la segunda vuelta con el actual vicepresidente de Liberia, Joseph Boakai, buscando ser la primera autoridad de su país. Mientras, su pequeño hijo busca llevar a Estados Unidos a conquistar el Mundial juvenil.