Años de malas administraciones, especialmente de la era de Julio Grondona, tienen al fútbol argentino en una severa crisis institucional y económica. Con un torneo local cada vez más despreciado, los clubes más grandes se asociaron para lanzar una idea revolucionara: crear la Superliga.
El objetivo central es emular a las grandes competencias europeas, como la Premier League de Inglaterra o la LFP de España, que son organizaciones independientes a las federaciones de fútbol de cada país, la AFA en el caso transandino.
La Superliga se haría cargo de los torneos de Primera División y el Nacional B, mientras que la AFA continuaría organizando la Primera B, C y D, además de los campeonatos federales. Una de las primeras medidas sería reducir de 30 a 20 los equipos en la máxima categoría.
Marcelo Tinelli es uno de los gestores, pero encontró oposición de Independiente y equipos chicos (Foto: AFP). |
Los ingresos por los derechos de televisación ingresarían directamente a la Superliga, que generaría una repartición más equitativa entre los equipos de Primera División. La AFA se llevaría solo el 10 por ciento del botín.
La propuesta liderada por Boca Juniors, River Plate, Racing y San Lorenzo, cae en medio de la lucha política por el control de la Asociación de Fútbol Argentino. Tiene el apoyo de otros equipos importantes como Huracán, Vélez, Sarsfield, Rosario Central, Newell’s y Estudiantes, pero se ha encontrado con la dura oposición del dirigente gremial Hugo Moyano, presidente de Independiente, quien ha agrupado a clubes como Gimnasia de La Plata, Quilmes, Arsenal y otros aún más chicos.
Moyano tiene aspiraciones de ser presidente de la AFA y su principal rival sería Marcelo Tinelli (San Lorenzo), quien justamente gestó el viaje a Buenos Aires del español Javier Tebas, presidente de la LFP, con el objetivo de presentar los beneficios de la Superliga.