Andrew Jennings, un veterano periodista escocés de 71 años, espera que cuando la justicia de Nueva York llame a declarar a los ejecutivos de la FIFA imputados por corrupción, alguien le preste su sillón para pasar la noche en la ciudad y poder asistir al juicio.
“Así puedo estar en el juzgado y decir ‘Hola chicos, ha sido un largo camino, ¿verdad?’”, señaló Jennings en una entrevista a The Washington Post. El es el periodista que ayudó a sacar a la luz el mayor escándalo del siglo del deporte más popular del mundo. Y desde hace años que está bloqueado en las conferencias de la FIFA.
Con la detención de los altos ejecutivos de la FIFA y ahora con el anuncio de la renuncia de su líder Sepp Blatter, Jennings espera terminar sus años como reportero del crimen organizado, al que dedicó varias décadas de su vida.
El escándalo de la FIFA no es su primera investigación de este tipo: en los ochenta fueron los policías corruptos, el comercio de heroína tailandesa y la mafia italiana. Desde los 90 que se dedicó a estudiar la corrupción de la organización del fútbol, escavando exhaustivamente en cada acuerdo, hasta casi llegar a predecir su comportamiento.
De hecho, sólo dos horas antes de que Blatter inesperadamente anunciara su retiro –menos de una semana después de haber sido reelecto presidente de la FIFA-, Jennings en una entrevista telefónica con el Post había llamado a Blatter “un hombre muerto caminante”.
Para cualquier investigación Jennings se rige por el mismo lema: “Tómate tu tiempo, excava a fondo y no confíes en los que están en el poder”.
El mismo reconoce que el primer momento en que supo que algo estaba muy mal con Blatter y su organización fue en una conferencia en las oficinas de la FIFA en Zurich, donde decidió encarar al presidente de la organización con una simple pregunta.
“Blatter, ¿alguna vez ha tomado un soborno?”.
Blatter lo negó tajantemente y fue justamente eso con lo que Jennings tituló su nota. Y no imaginó la repercusión que tendría esa cuña.
Seis semanas después, un grupo de personas desconocidas lo llevó a unas elegantes oficinas. Media hora después un alto oficial de la FIFA le entregó un montón de documentos de la organización, con el detalle de la opulenta vida que llevaba Blatter.
Eso le permitió publicar su primer libro: “Tarjeta roja. El libro secreto de la FIFA”, en que acusaba a Blatter y a sus principales ejecutivos de aceptar sobornos. Nadie negó nada, pero en ocasiones fue intimidado físicamente.
El mismo año publicó más alegaciones contra la FIFA en un documental de la BBC y otro tanto en 2010.
Su libro Tarjeta Roja le permitió llegar a otros círculos. Hasta que en 2009 fue citado en Londres a una reunión con algunas personas que lo querían conocer. “Se presentaron como agentes especiales de la FBI y me dieron sus tarjetas de presentación, que leía: equipo de crimen organizado", cuenta el periodista.
Desde entonces Jennings comenzó a colaborar con la policía estadounidense. Sostuvo con ellos un trabajo por más de seis años y usó sus fuentes para mantener viva la investigación.
El resultados de sus años de investigación lo vio recién el pasado 27 de mayo, cuando la justicia suiza llegó a arrestar a siete altos mandos de la FIFA, acusados de soborno, lavado de dinero y fraude. Mientras, otros siete fueron acusados por la corte de Brooklyn.
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