AFP
El árbitro Adalid Maganda que denunció haber sido despedido en un acto de racismo de la Federación Mexicana de Fútbol, comenzó el martes una huelga de hambre tras no llegar a un acuerdo para volver a trabajar en partidos de la primera división.
"No busco dinero, yo busco justicia, y que se me devuelva lo que se me quitó. Hoy inicio la huelga de hambre", dijo Maganda a la prensa.
Maganda instaló una tienda de campaña a las afueras de la Federación Mexicana de Fútbol, ubicada en Toluca, a unos 60 kilómetros de la Ciudad de México.
"Lo hago por dignidad. Si algo me llega a pasar, que caiga todo el peso de la ley sobre la Federación", añadió el árbitro al inicio de su protesta.
El juez responsabilizó de las posibles consecuencias de su acto de protesta a Arturo Brizio, director de la Comisión de Árbitros de la Federación, y también a dos de sus asesores, Jorge Gasso y Julio Escobar.
"Que caiga todo el peso de la ley sobre ellos", exigió Maganda que fue acompañado por una decena de personas que mostraron carteles con leyendas como "Justicia para Adalid".
El pasado mes de abril, Maganda Villalva denunció a Brizio Cárter de haberlo llamado "pinche negro" cuando le solicitó una explicación de por qué había dejado de ser designado para dirigir partidos de la primera división mexicana.
Maganda también acusó a Brizio de elitista y aseguró que fue despedido por racismo.
En el acto de protesta que inició este martes, los acompañantes de Maganda colocaron en las puertas de la Federación una manta que dice: "Todos somos pinches negros".
Luego de las audiencias entre ambas partes ante las autoridades de conciliación laboral del país, la Federación ofreció a Maganda reinstalarlo en partidos de divisiones inferiores.
El silbante no aceptó esa propuesta y exigió volver a la primera división. Por eso inició su huelga de hambre "hasta que se hagan valer mis derechos".
Maganda es originario de un poblado de Guerrero –estado al Sur de México– de afrodescendientes.