Ahora Romario quiere encabezar la Confederación Brasileña de Fútbol
Por AFP
Romario anunció su voluntad de dirigir la poderosa Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), después de que la FIFA suspendiera de forma cautelar a su presidente Marco Polo Del Nero, acusado de corrupción.
"Muchos me preguntan si soy candidato. Al final, nadie luchó tan vigorosamente contra esa pandilla y es legítimo que yo sea candidato. Entonces, sí, la respuesta es que podría ser candidato", escribió quien fuera campeón del mundo en 1994, en un mensaje publicado en sus redes sociales.
"Tengo todos los requisitos para ello. Toda mi contribución para el fútbol, dentro y fuera del campo, son mis credenciales", añadió Romario, de 51 años, quien se lanzó a la política después de colgar las botas y, tras ser elegido diputado en 2010 cumple ahora mandato como senador desde 2015.
El pasado viernes, Del Nero fue suspendido por 90 días de manera cautelar de todas las actividades relacionadas con el fútbol por la justicia interna de la FIFA. Fue reemplazado provisionalmente por el vicepresidente de mayor edad, y uno de sus aliados, Antonio Carlos Nunes de Lima.
El ahora presidente suspendido, de 76 años, tomó las riendas de la CBF en abril de 2015 reemplazando a José Maria Marin, arrestado semanas más tarde en Zúrich durante la operación que marcó el comienzo del escándalo de corrupción en la FIFA.
Según testigos que comparecieron durante el proceso de este extenso caso que se juzga ahora en Nueva York, Marin y Del Nero se repartieron más de seis millones de dólares en sobornos procedentes de empresas de marketing deportivo, a cambio de la concesión de jugosos contratos de derechos de televisión.
El mandato del Del Nero al frente de la CBF termina oficialmente en abril de 2018, pero Romario reclama "elecciones directas ya", denunciando el sistema actual de escrutinio.
El colegio electoral está compuesto por los presidentes de las federaciones regionales y representantes de los 40 clubes de primera y segunda división, por lo que cualquier candidato debe estar respaldado por al menos ocho federaciones.
"No existe democracia en la CBF. Los corruptos se protegen", concluye Romario.