Ya está todo listo para que comience la cuarta temporada de la Fórmula E, la apuesta más reciente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) en la que sólo compiten monoplazas eléctricos, y donde nuestro país será protagonista al albergar el próximo 3 de febrero la cuarta etapa de la competencia.
Será la primera vez en que Chile aparece en un evento patrocinado por la FIA, en lo que será el Antofagasta Minerals Santiago E-Prix.
La carrera en Santiago partirá en avenida Santa María, frente al Parque Forestal, y tendrá como escenografía los cerros San Cristóbal y Santa Lucía.
En el lanzamiento, el ex piloto chileno de Fórmula 1, Eliseo Salazar, hizo una demostración con uno de estos vehículos eléctricos frente a La Moneda. Por su parte, el cofundador y subdirector general de la Fórmula E, Alberto Longo, destacó la nueva sede.
"Sudamérica está llena de historia y tradición de automovilismo y la Fórmula E hará su propia historia en Chile a partir de esta temporada", dijo.
Pero antes de su arribo a la capital, la categoría iniciará este fin de semana su nueva campaña, con dos pruebas en Hong Kong. Un mes después, irá a Marrakesh, la etapa previa a su estreno en Chile.
La pelea por la corona parece concentrarse en el actual monarca, el brasileño Lucas di Grassi, y el suizo Sebastien Buemi, quien intentará tomarse revancha luego de ceder el título el año pasado por dos descalificaciones (Berlín y Montreal) y una ausencia (Nueva York), debido a compromisos con Toyota en el Mundial de Resistencia.
Se espera que el sueco Felix Rosenqvist, el británico Sam Bird y brasileño Nelsinho Piquet, flamente contratación de Jaguar, se sumen a esa pelea.
Algunos equipos presentan cambios de nombre. Algunos son cosméticos para el gran público, salvo el de Audi Sport ABT Schaeffler, que fue adquirido por la empresa alemana.
Además, se suman los pilotos Luca Filippi (a NIO), Neel Jani (Dragon), Alex Lynn (Virgin), André Lotterer (Techeetah), Edoardo Mortara (Venturi) y Kamui Kobayashi (Andretti).
En cuando al reglamento, se incrementó de 170 a 180 la cantidad máxima de kilowatts que pueden ocupar los vehículos.
