Estados Unidos agrandó su leyenda en el fútbol femenino con su cuarto título en ocho ediciones del Mundial. Las norteamericanas, con goles en el segundo tiempo de Megan Rapinoe de penal y de Rose Lavelle, ganaron a Holanda por 2-0.
Lyon se vistió de gala con las dos aficiones más coloristas del Mundial, pero la igualdad en las tribunas no se trasladó al césped, con un equipo estadounidense netamente superior.
El primer tanto del partido llegó de penal, al transformar Megan Rapinoe (61) una falta dentro del área de Stefanie Van der Gragt a Alex Morgan.
La central holandesa elevó mucho su pie izquierdo, tocando el hombro de la delantera estadounidense, por lo que la árbitra francesa Stephanie Frappart, con ayuda del VAR, señaló el castigo.
Rapinoe, que ya había marcado dos tantos de penal en octavos contra España (2-1), sumó su sexta diana, con lo que empató en el primer puesto de la tabla de goleadoras con su compatriota Morgan, ambas también con tres asistencias.
El gol, aunque llegara de penal, hacía justicia a los méritos de las estadounidenses, que dominaban el encuentro y solo la buena actuación de la portera holandesa Sari Van Veenendaal hizo que se retrasara la victoria.
Tras ese tanto, a las agazapadas holandesas solo les quedaba atacar, ya que hasta ese momento solo habían apostado por los contragolpes.
Y al verse obligadas a abrirse, encajaron el segundo tanto, en el minuto 69, cuando Rose Lavelle, en una jugada personal, condujo el balón por el centro, y poco después de meterse en el área, anotó su tercer gol del torneo, con un disparo cruzado.
Tras ese segundo tanto, se sucedieron las ocasiones de Estados Unidos, aunque el poco acierto de las norteamericanas y el gran partido de la portera holandesa impidieron un marcador más abultado.
Estados Unidos nunca se ha apeado del podio en los ocho Mundiales disputados, con cuatro títulos (1991, 1999, 2015, 2019), un subcampeonato (2011) y tres terceros puestos (1995, 2003, 2007).