Un escándalo se vivió en la gran final femenina del US Open entre Serena Williams (26°) y Naomi Osaka (19°), partido que la japonesa se impuso por parciales de 6-2 y 6-4 y le dió la posibilidad de ser la primera tenista de su país en triunfar en el Grand Slam de Estados Unidos.
Pero la emocionante final no estuvo exenta de polémicas. Cuando se jugaba el segundo set, la menor de las Williams se enfrascó en una discusión con el juez de silla, Carlos Ramos, al que trató de “ladrón y mentiroso”.
Todo empezó después de que la estadounidense fallara un punto y perdiese el control; la tenista azotó su raqueta contra el piso. En ese momento Ramos la acusó de que había recibido indicaciones de Patrick Mouratoglou, su entrenador, lo que puede ser considerado coaching y ser motivo para sanción.
Este hecho enfureció aún más a Williams que se acercó al juez y le recriminó el castigo. “Me levantó el pulgar y me dijo: ¡Vamos! Yo no hago trampas para ganar. Preferiría perder. Sólo te lo digo. Me has robado, me debes una disculpa nunca hice trampas en mi vida, tengo una hija y sólo hago lo que es correcto. Eres un ladrón y un mentiroso. Me debes una disculpa", le dijo ofuscada.
Ramos, finalmente, le quitó un juego que dejó el marcador del segundo set 5-3, lo que dejó cuesta arriba el duelo para la estadounidense y en clara ventaja para Osaka.
Tras culminado el partido, Serena Williams ofreció una conferencia de prensa en la que tildó de sexista la determinación del juez.
"He visto a otros hombres decir otras cosas a los jueces de silla. Estoy aquí luchando por los derechos de la mujer, por la igualdad de la mujer. Siento que, llamarle 'ladrón' y ser penalizada con la pérdida de un juego por ello es una decisión sexista. Nunca le ha quitado un juego a un hombre por llamarle 'ladrón'", expresó.
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