Una protesta, un árbitro en crisis y un ascenso deslavado: lo que deja el bochorno de La Serena
A un incómodo Roberto Tobar, el árbitro designado para la frustrada repetición de la tanda de penales para definir el ascenso a Primera B, le tocó confirmar en los camarines del estadio La Portada, de La Serena, lo que ya se sabía: el triunfo de Melipilla por la anunciada no presentación de Vallenar.
“Esto ha sido muy extraño, pero tenemos que estar acá”, le dice el referí a las pantallas del CDO.
El equipo nortino había conseguido en cancha, el 19 de diciembre, el título de la Segunda División Profesional. Sin embargo, un error reglamentario del juez Eduardo Gamboa, que ordenó repetir el lanzamiento de Juan Silva, cuando correspondía su anulación, desató uno de los bochornos más grandes de la historia reciente del fútbol chileno.
Una vez ratificada la decisión, no solo por Tobar sino que también por la ANFP a través de un comunicado, Melipilla celebra en un estadio vacío ante las críticas de varios, en desacuerdo con la determinación de Quilín, que no consideran nada de salomónica.
Algunos fanáticos de los "Potros" se reúnen en las calles de su cudad para festejar el retorno a la Primera B, hito que la institución destaca en su Twitter, lejos de cualquier polémica, asumiendo que la dirigencia solo reclamó un error normativo que los perjudicaba (porque si Gamboa, ese 19 de diciembre, cobraba lo que debía Melipilla subía ese mismo día).
Mientras que en Vallenar, la hinchada de la escuadra “verde”, que se siente perjudicada por lo sucedido, llama a protestar en la Plaza de Armas de la localidad de la Tercera Región.
Sus dirigentes ya han anunciado que recurrirán hasta las últimas instancias para hacer valer su derecho a ascender, sin descartar recurrir el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para conseguir que les devuelvan lo que –justamente- creen haber obtenido.
Las redes sociales se llenan de comentarios contrarios a lo acontecido y, entre las cabezas que quieren ver rodar, aparece la de Eduardo Gamboa, el árbitro del error.
Su jefe, Enrique Osses, cuya labor también ha quedado en entredicho, asegura que el afectado recibirá su castigo. “Los errores se pagan, pero en su justa medida. Hay que evaluar los atenuantes. Determinaremos un castigo justo y que corresponda al problema”, comenta el presidente de la Comisión de Árbitros en CDO.
Entre el viernes y el martes se conocerá una resolución respecto del futuro, agrega.
Lanzarlo a la hoguera, como algunos exigen, parece no entrar en la ecuación. Un período de suspensión y la pérdida de su condición de árbitro FIFA aparecen como la decisión más probable.
De Gamboa, en cambio, aún no se escucha palabra.
Tobar, el juez que debió tomar su lugar en la definición, asegura que su colega la pasa mal. “Vive un momento difícil, pero lo apoyamos”, comenta.
La frase también podría ajustar al presente del fútbol chileno después de esta polémica, que todavía no se acaba.