AFP
Para Yelena Isinbayeva, los próximos Juegos Olímpicos deberían ser el escenario de un último triunfo: pero para la "zarina" de la pértiga como para el resto de atletas rusos, la incertidumbre domina el horizonte cuando dirigen su mirada a Rio.
La atleta rusa, que a sus 34 años vislumbra su retirada después de disputar sus cuartos Juegos Olímpicos, espera con impaciencia la reunión en Viena el 17 de junio del Consejo de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).
De esa reunión saldrá el veredicto sobre la presencia o no en la cita olímpica brasileña de los atletas rusos, por el momento suspendidos de toda competición internacional tras las revelaciones de un dopaje organizado a gran escala en el país.
Una situación que afecta anímicamente a los deportistas rusos. "No podemos prepararnos correctamente porque no sabemos para qué nos preparamos", resumió esta semana la doble campeona olímpica (2004, 2008) única mujer en superar la barrera de los 5 metros, en una entrevista con la prensa organizada por el ministro ruso de Deportes.
A menos de tres meses del encendido del pebetero olímpico de Rio, Yelena Isinbayeva ve su preparación perturbada por los acontecimientos. Ella sufre especialmente su imposibilidad de probarse en competiciones internacionales en las que competir directamente con las que serán sus rivales en Rio.
"Los atletas de otros países en los que los controles antidopaje dan negativo tienen derecho a participar en los Juegos o en la Liga de Diamante. Pero yo no tengo permiso en tanto en cuanto estoy en la misma situación. Eso es discriminación", reprocha la campeona rusa.
Convencer a las instancias mundiales
Sergey Shubenkov, vigente campeón del mundo de los 110 m vallas, se encuentra en la misma situación. Pero con una particularidad que hace su caso único. Podría convertirse en el segundo miembro de su familia en verse privado de unos Juegos Olímpicos por razones extradeportivas.
En 1984, la Guerra Fría había arruinado las esperanzas de medalla olímpica de su madre, la heptatleta soviética Natalya Shubenkova, tras la decisión de la URSS y de los países del bloque socialista de boicotear los Juegos de Los Ángeles en respuesta a un boicot por los occidentales de la cita de Moscú cuatro años antes (1980).
"Hay una frase en la carta olímpica que dice que tomar parte en los Juegos Olímpicos es un derecho de todo atleta. No de los países, pero sí de los atletas", recalca Shubenkov.
El atletismo ruso, y por extensión el deporte ruso en general, vive desde hace meses al ritmo de los casos de dopaje. El escándalo surgió tras las revelaciones de Vitali Stepanov, exfuncionario de la Agencia Antidopaje Rusa (Rusada), y su esposa, la antigua atleta Yulia Stepanova, que fueron los primeros en acusar a Rusia de dopaje organizado.
Unas acusaciones que impulsaron a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) a llevar a cabo una investigación. Y la publicación en noviembre de 2015 del informe de la AMA terminó de convencer a la IAAF de suspender a los atletas rusos de toda competición internacional.
Desde entonces Rusia trata de demostrar que se toma en serio el problema y se mueve en pos del permiso de las instancias deportivas internacionales para que sus atletas estén presentes en Rio.
Salvo que la multiplicación de las revelaciones sobre la amplitud del escándalo de dopaje complique su tarea, especialmente tras las acusaciones del antiguo director del laboratorio antidopaje ruso, Grigori Rodtchenkov, señalando un sistema de dopaje supervisado por Moscú, del que se habrían beneficiado medallistas rusos en Sochi-2014.
"Película de ciencia ficción"
Dmitri Chliakhtin, exfuncionario anónimo de una región del Volga, y convertido en presidente de la Federación Rusa de Atletismo (Araf) en enero, considera que las acusaciones de Grigori Rodtchenkov parecen "sacadas de una serie de televisión o de una película de fantasía".
Para Natalia Jelanova, la consejera del ministro ruso de Deportes en la lucha contra el dopaje, no todo es de color negro: el laboratorio antidopaje de Moscú, que perdió su acreditación en noviembre tras destaparse el escándalo, recibió luz verde para volver a realizar algunos test sanguíneos sobre sus atletas (10 controles realizados en mayo).
La IAAF visita Rusia por última vez esta semana con el objetivo de evaluar los avances en materia antidopaje antes de tomar su decisión definitiva.
Chliakhtin había asegurado durante su elección que los atletas rusos tenían "el 50% de opciones" de ir a Rio. "Me mantengo en esa cifra. Soy optimista", declaró a la AFP esta semana.
COI denuncia dopaje de 23 atletas en Londres 2012 tras nuevos análsis