AFP
Brasil y Uruguay, dos de las selecciones más prestigiosas de la historia del fútbol, se verán las caras en las semifinales de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 con la intención de lavar fracasos recientes y buscar éxitos futuros.
La competición, que enfrenta a escuadras con jugadores Sub 22, medirá en el otro encuentro a México con Panamá en la reedición de las semifinales de la Copa Oro, que se disputa en paralelo en Estados Unidos.
La "Canarinha" y la "Celeste" no están pasando por su mejor momento. Ni sus escuadras absolutas ni las de categorías inferiores están logrando los resultados esperados y Toronto puede ser apenas un leve consuelo.
Brasil cayó estrepitosamente 7-1 ante Alemania hace un año en su Mundial y, en la Copa América, tampoco dio la talla, diciendo adiós en cuartos ante Paraguay.
Fútbol plano, poca creatividad, sin ideas claras, ni un plan A ni B... "El 'jogo bonito' ha muerto, viva el fútbol efectivo", debieron pensar en su momento. Pero los resultados no llegan.
Con la losa de intentar estar a la altura de su historia y de haber tropezado recientemente, esta generación ha ido ganando partidos con holgura en Toronto.
El primer día pasó por encima de Canadá 4-1, el segundo vapuleó 4-0 a Perú y en la última fecha, ya clasificado como primero y con varios suplentes en el campo, se dejaron remontar tres goles en apenas 45 minutos frente a Panamá.
Con un equipo plagado de futbolistas de su liga local, Clayton y Luciano se han destapado como los jugadores más determinantes de un cuadro que bebe del presente: aguerrido, físicamente poderosa y tácticamente disciplinado.
Enfrente, Uruguay, pocos días después de cumplirse el 65º aniversario del Maracanazo.
Los charrúas dijeron adiós a la Copa América también en cuartos contra la anfitriona Chile y en Canadá, como manda su historia, se clasificaron a semifinales el último día, casi a última hora.
Arrancaron la competición con un éxito 4-0 ante Trinidad y Tobago, sucumbieron sobre la hora 1-0 ante México y, en la tercera fecha, un solitario gol de Fernando Gorriarán le dio el pase frente a Paraguay, contra la que se jugaba el boleto directo.
Por un oro celeste
Para Brasil, ganar los Panamericanos sería un premio de consolación. Para Uruguay es más una necesidad contextual: en Toronto, su medallero sólo cuenta con una pírrica plata tras casi dos semanas de competencias.
En el otro partido, México y Panamá chocarán en un enfrentamiento con reminiscencias pasadas y presentes.
No en vano, Panamá sorprendió a todos al eliminar a México en semis en la pasada Copa Oro y ambos se enfrentan este miércoles en Atlanta, de nuevo a un paso de la final, en la misma competición.
El "Tri" tiene el talento superlativo de Jorge Espericueta como factor diferencial y sólo cedieron un empate ante Paraguay en la fase de grupos, con sendas victorias contra Uruguay y Trinidad y Tobago.
Panamá, por su parte, arañó un empate contra Brasil y Canadá y superó a Perú.
Los Panamericanos, en fútbol, no tienen el pedigrí de otros torneos pero, unos por necesidad y otros por ilusión, deben ir con todo por un título otrora menor, hoy casi imprescindible.
