Primero, Houston es más verde de lo que uno imagina. Pese a que es la típica ciudad estadounidense del medio oeste –vasta, baja, plana, fome- y que la gente no se pasea por las calles con sombrero tejano ni pantalones de cuero como creeríamos, tiene algo entretenido: aquí está el centro Lyndon B. Johnson de la NASA, desde donde se coordinan las comunicaciones de las misiones espaciales.
Aclaremos de inmediato que, siendo un niño, vi la llegada del hombre a la Luna. Escuché en directo aquello de que “es un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad”, por lo que la historia de las Apolo y los astronautas es muy importante en mi formación. En mis recuerdos, en mis afectos.
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Me encanta la ciencia ficción, pero más me gustan las películas de la conquista espacial. Fui fanático de la serie “De la Tierra a la Luna” y, por supuesto, de “Apolo 13”, la película de Ron Howard con Tom Hanks que recreó la epopeya que significó traer de vuelta al planeta a tres cosmonautas a bordo de una cápsula dañada. Aquella donde el comandante Lovell dice breve, sintética y dramáticamente “Houston, tenemos un problema”.
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Pues bien, seamos honestos, tenemos un problema. Cuando Arturo Vidal, tendido en el piso, se lamentaba por perderse este partido con Colombia por acumulación de amarillas, sabía lo que hacía. Él es el hombre vital de esta selección, la clave de su funcionamiento, el secreto de su éxito. El mejor volante del mundo se queda afuera de las semis.
Resolver el tema será tema de Pizzi en esta jornada de prácticas en Chicago.
La lógica sería Pedro Pablo Hernández, quien ya jugó en reemplazo de Díaz. Dicen que el técnico piensa en Isla para sostener la banda derecha con Fuenzalida y Puch, manteniendo el esquema ganador que sirvió ante los mexicanos.
Y también está el "Gato" Silva para aumentar la cuota de marca y quite en una zona clave, aunque disminuimos, y notablemente, en la administración de la pelota.
Ahí estamos. Resolviendo el problema.
