Los pies son el punto de contacto de las personas con la superficie a la hora de correr.
Es la parte del cuerpo que va a recibir el impacto de esta actividad y que se va amoldar a las exigencias del terreno, tanto en agarre como en propulsión.
Es por eso que esta compleja estructura de huesos, articulaciones, músculos, ligamentos y tendones al final de las extremidades inferiores suele sufrir de distintas dolencias y patologías propias de la actividad física.
Una de ellas son las ampollas, pero también hay molestias como las callosidades, juanetes, uñas negras y otras de mayor gravedad, que requieren un cuidado mayor como tendinitis, fracturas por estrés y fascitis plantar.
De surgir alguna de estas últimas es indispensable recibir atención médica y someterse a un tratamiento para solucionar el problema.
Con respecto a las mencionadas en primer término, hay que tener en cuenta que no por ser menos graves se pueden ignorar y lo recomendable es evitar que surjan.
Y si aparecen hay que tratar de atenderlas lo antes posible para no tener que dejar de correr.
Ampollas
Pueden ser dolorosas e incómodas, aunque no suelen requerir más atención que una simple curación casera.
Según el doctor Julio Botello, traumatólogo de la clínica de medicina deportiva MEDS, en Chile, las ampollas son "un fenómeno inflamatorio que puede ser producido por distintos estímulos entre las personas que corren".
"El roce es un factor, que puede estar ligado a una persona con mala alineación de los pies, además de la fricción, el uso de zapatillas y calcetines inadecuados", explicó.
Otra causa puede ser "las altas temperaturas ya que el pie transpira más y produce un mayor deslizamiento al interior de la zapatilla".
El doctor Botello considera que lo fundamental es utilizar un calzado adecuado a las características del pie, ni muy apretado ni muy suelto, ya que el roce entre la piel y el zapato es lo que produce ampollas.
También es importante el uso de calcetines sin costuras y con telas que repelen la humedad. Hay que asegurarse que queden ajustados al pie y sin ninguna arruga que pueda generar un punto de fricción.
En cuanto al tratamiento recomendado en caso de que aparezca una ampolla, el doctor Botello aconseja sacar el líquido acumulado en el interior de la burbuja con mucho cuidado, utilizando una aguja esterilizada.
Es recomendable drenar todo el líquido sin reventar la piel, que se debe tratar de dejar en su lugar para evitar que la dermis quede expuesta y propensa a una infección.
Si esto ya ocurrió, se debe retirar la piel, aplicar un antiséptico y poner un apósito adecuado para proteger la zona.
Pie de atleta
También conocido como tinea pedis, es una infección fúngica que provoca piel escamosa y seca en las membranas entre los dedos del pie con una erupción roja que pica.
Se desarrolla en ambientes oscuros y húmedos y se alimenta de tejido muerto de la piel, haciendo que los pies y los baños sean un hogar ideal para el hongo.
Se propaga muy fácilmente y se transmite a través de toallas, ropas y otras superficies contaminadas.
Las cremas antimicóticas, polvos o aerosoles disponibles en las farmacias son un remedio eficaz, pero se debe solicitar asesoramiento médico si no se cura.
Callosidades
El doctor Botello explicó que esta condición se genera por el endurecimiento y engrosamiento de la piel, pero aclara que no en todos los casos produce dolor.
"Son visibles, por ejemplo, en la planta, en el sector del antepie del metatarso, en el pulpejo de los dedos y en el dedo gordo", indicó.
En lo general se producen por el roce o cuando se somete a una presión constante o sobrecarga una zona específica del pie".
Juanetes
Aunque es el nombre con el que se conoce el hueso del nacimiento del dedo gordo del pie, cuando éste sobresale demasiado, un juanete también es un pómulo muy abultado de tejidos blandos que aparecen en las regiones de mayor roce del pie.
Una de las zonas más afectadas es la parte interna del dedo gordo, presionada por el uso de zapatillas deportivas muy estrechas que genera un proceso inflamatorio y de irritación.
Uñas negras
Cuando se ennegrece la uña es por la aparición de un hematoma en la parte de abajo de la misma, lo que en algunos casos ocasiona su pérdida.
Los corredores de larga distancia son los más afectados al ser los que están más expuestos a un roce excesivo con un calzado demasiado ajustado o pequeño.
Si se siente dolor, éste se puede aliviar limpiando la uña con un desinfectante y luego perforar la zona con una aguja para drenar la sangre y aplicar un apósito seco.
En los casos donde la uña se daña, es recomendable tener paciencia y esperar que se caíga de forma natural, forzada por la que se va regenerando.
Al igual que los casos anteriores, el doctor Botello hace énfasis en que la manera más directa para prevenir las dolencias y molestias en los pies al hacer ejercicio es el uso de un calzado adecuado, que sea condicionado a la forma del pie y a la pisada de las personas.
Y en caso de correr descalzo, perfeccionar la técnica para evitar el roce con la superficie en la que se corra.