¿Se podrá seguir llamando fútbol?
Es la pregunta que surge tras conocer las radicales propuestas que está contemplando la International Football Association Board (IFAB, por sus siglas en inglés) para eliminar los aspectos negativos que consideran están afectando el deporte del balón.
El organismo encargado de establecer las reglas del fútbol está analizando una serie de ideas expuestas en un documento titulado "Estrategia del juego limpio" que se basa en tres principios:
- Mejorar el comportamiento de jugadores e incrementar el respeto.
- Aumentar el tiempo de juego efectivo.
- Incrementar la justicia y el atractivo.
Una de la ideas es el llamado gol castigo, que de haber existido en 2010 hubiera significado la clasificación de Ghana a las semifinales del mundial de Sudáfrica y la eliminación de Uruguay.
La propuesta estipula dar como gol la acción en la que un jugador de campo detiene el balón de manera voluntaria con la mano para evitar que la pelota cruce la línea de gol, como lo hizo Luis Suárez en el minuto 120 del partido en territorio sudafricano.
En esa ocasión, el árbitro expulso a Suárez y señaló penalti, pero Asamoah Gyan falló su disparo y en la definición por penales la Celeste clasificó a semifinales historia que hubiera cambiado de haberse concedido el tanto a Ghana.
La IFAB analizará estas propuestas durante su próxima asamblea general en marzo de 2018.
Con efecto inmediato
Muchas de las ideas que se discutirán podrían ser implementadas inmediatamente sin la necesidad que haya un cambio en el reglamento, en particular aquellas que buscan evitar que se pierda tiempo durante los partidos.
Para ello se insta a los árbitros a ser más estrictos en la aplicación del reglamento, como en la regla que estipula que el portero sólo puedo retener el balón durante seis segundos, algo que no se hace efectivo en los partidos.
En este sentido, el documento también plantea eliminar los tradicionales tiempos de 45 minutos y sustituirlos por períodos de 30 minutos de juego efectivo, en los que el cronómetro se detendrá cada que vez que la pelota sale del campo o se detiene el partido.
Este reloj estará sincronizado con el ubicado en el marcador en el estadio para facilitar la experiencia del espectador en la gradas.
El director técnico de la IFAB, el exárbitro inglés David Elleray, explicó que "todos están de acuerdo en mejorar el comportamiento de los jugadores y el respeto para todos los participantes en un partido, en especial para los oficiales".
Elleray agregó "se puede decir que se trata de una revolución silenciosa destinada a convertir el fútbol en algo aún mejor".
En favor del espectáculo
La implementación del sistema de arbitraje asistido por video o VAR, como se conoce por sus siglas en inglés, ha generado opiniones encontradas debido al protagonismo que ha tenido en los primeros partidos de la Copa Confederaciones.
Pero incluso los que critican su uso por ir en contra de la "esencia del juego" admiten que en las tres ocasiones que fue requerido el uso del VAR se tomó la decisión correcta.
Sus defensores aseguran que se trata de pulir los detalles de comunicación, pero que al igual que ha ocurrido en otros deportes, los aficionados se acostumbrarán.
Es lo que podría pasar con otras de las propuestas que aparecen en el documento, como que un futbolista se podría pasar a sí mismo la pelota en un tiro de esquina o una falta.
Esto busca agilizar el partido y hacerlo más atractivo para el ojo de los espectadores.
Otras de las medidas son:
- Permitir el cobro de faltas con el balón en movimiento
- Sancionar con penalti una cesión del balón al portero, y no como hasta ahora con un tiro libre indirecto
- Sólo se puede decretar el final del primer tiempo o del partido una vez que el balón salga de los límites del terreno de juego
- Un penalti se anota o se falla. En caso que el portero haya rechazado el disparo o la pelota haya golpeado en un poste no se podrá aprovechar el rebote para marcar un gol.
- Una "definición más clara y más consistente" de lo que es mano.
Luego que las ideas sean estudiadas se elegirán las que que serán implementadas en una fase experimental antes de ser aprobadas o descartadas definitivamente.
