Caos total con las bolas y otros traspiés del peor sorteo en la historia de los mundiales
El Mundial de España en 1982 dejó un sinnúmero de recuerdos, desde la derrota de Argentina en el primer partido de Diego Armando Maradona en los mundiales hasta la victoria de Italia sobre Alemania en la final para conquistar su tercera Copa del Mundo.
Fue un torneo que vio brillar al Brasil de Zico y Sócrates -y su capitulación ante la squadra Azzurra- y fue testigo de momentos que quedaron para la posteridad, como el empate de Honduras ante la anfitriona, la presencia de un jeque kuwaití protestando en el campo o la violenta patada del portero alemán Harald Schumacher a Patrick Battiston, que dejó inconsciente y sin dos dientes al jugador francés.
Pero hay otra imagen que tuvo lugar mucho antes que rodara el balón, la del considerado peor sorteo en la historia de los mundiales.
La esperada ceremonia tuvo lugar en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid y fue transmitida en vivo a una audiencia que se según los cálculos de la época superó los 500 millones de televidentes.
Al Comité Organizador se le ocurrió utilizar el sistema que tradicionalmente usan en España para la lotería nacional con sus bolilleros gigantes y los niños de San Ildefonso para extraer las bolas de cada de uno de los países participantes del torneo, que por primera vez se jugaría con 24 selecciones.
Hubo un ensayo previo y se explicó la metodología a seguir, pero nadie pudo prever el bochornoso espectáculo que ocurrió al día siguiente en la tarde 16 de enero de ese año.
La primera polémica fue la elección de Inglaterra como cabeza de serie para acompañar a los otros cinco que ya se conocían: España, Brasil, Italia, Argentina y Alemania Federal.
Hubo reclamo oficial, pero la FIFA mantuvo su decisión.
Aclarados los líderes de grupo, se procedió a explicar que el sorteo sería dirigido para evitar que los países sudamericanos se enfrentaran entre sí, por lo que en un principio se propuso extraer a Chile y Perú del bombo 3 que compartían junto a Irlanda del Norte, Escocia, Bélgica y Francia, pero eso no ocurrió.
Para suerte de los organizadores la primera bola en salir fue la de Bélgica, que según lo programado iría al grupo de Argentina, pero para sorpresa de los periodistas apareció en el grupo 1 junto a Italia.
Luego salió Escocia, a la que ubicaron junto a la Albiceleste en el grupo 3.
El periodista de la BBC Archie Macpherson, encargado de la transmisión del evento, se percató que algo no estaba yendo de acuerdo con el plan preestablecido, así como un confundido Sepp Blatter, por entonces secretario general de la FIFA.
"Bélgica debería estar junto a Argentina y Escocia con Brasil", comentó Macpherson.
"Digo, eso fue lo que se había arreglado antes del sorteo. Eso fue lo que contaron que harían, pero ahora lo confundieron todo. ¿Pueden creer que el Mundial comenzó con un error tan garrafal? Sí, se puede", agregó el presentador.
Para más confusión, mientras conversaban Blatter con el presidente del Comité Organizador de la FIFA, Hermann Neuberger, y ante la mirada de un adolescente príncipe de Asturias, hoy rey Felipe, uno de los niños regresó una de las bolas al bombo y Bélgica pasó del grupo 1 al 3.
Mientras Escocia fue colocada correctamente en el 6 junto a la Canarinha.
Pero eso no fue lo único, ya que minutos después hubo problemas con uno de los bolilleros, que se quedó atascado cuando una de las bolas se rompió.
Dos funcionarios salieron al rescate y con una vara y sus dedos lograron finalmente colocar el resto de la bola rota en la ranura.
Hubo aplausos en el auditorio de un sorteo que para muchos sería difícil de creer de no haber sido por las imágenes que transmitió Televisión Española.