Mundial Femenino de fútbol Francia 2019: lo que los hombres pueden aprender del fútbol femenino
¿Es más limpio el juego en el fútbol femenino que en su contraparte masculina?
Es posible. Pero el asunto es debatible, así que vayamos por partes en este análisis.
Pensemos un momento en las jugadoras de la selección femenina de Tailandia que disputa el Mundial en Francia.
En su primer partido, Estados Unidos les metió 13 goles. Es, por lejos, la mayor goleada en la historia de este torneo.
Pero ninguna de las jugadoras tailandesas se dejó arrastrar por la frustración de semejante marcador. De hecho, cometieron el mismo número de faltas -cinco- que sus rivales, las potentes estadounidenses.
El segundo número de faltas más bajo de un partido en lo que va del torneo.
Físico
Pues bien, es difícil que algo similar ocurra en el fútbol masculino, donde la disciplina y la respuesta física parecen ser más importantes.
En Rusia 2018, el equipo más "limpio" fue Alemania, que cometió 29 faltas en tres partidos, el mismo número de encuentros que Tailandia tiene garantizados en el Mundial femenino.
Pero no solo es cuestión de faltas. El Mundial Femenino de fútbol también se destaca por el bajo número de tarjetas amarillas y rojas.
Y no parece que tenga influencia alguna el hecho de que jueguen menos selecciones (24) que en el torneo masculino (32).
En el campeonato de Canadá 2015, se mostraron un total de 115 tarjetas amarillas y dos rojas. Para un promedio de 2,2 tarjetas por partido y 0,1 expulsiones por juego.
Ese dato sugiere dos cosas: juegos menos bruscos y menos discusiones con el juez.
En Rusia 2018, el último Mundial masculino, los futbolistas recibieron 219 tarjetas amarillas (3,42 por partido) y cuatro rojas.
Durante la fase de grupos, el promedio de faltas por partido fue de 27.
La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) no ofrece los mismos datos estadísticos para el Mundial Femenino, pero si contamos cada uno de los juegos, podemos comparar que los últimos campeones mundiales de ambos torneos (Francia en masculino y EE.UU. en femenino), cometieron casi el mismo número de faltas durante los siete partidos que disputaron (93 y 88).
Lo que sí es distinto es qué tan a menudo los hombres y las mujeres se tiran al suelo después de una falta o contacto fuerte.
Un estudio de la Universidad Wake Forest (Estados Unidos) concluyó que los hombres eran dos veces más propensos a simular una lesión o una falta que las mujeres.
Ahora, en el momento de contar lesiones reales -que los investigadores establecieron cuando un jugador sangraba o era reemplazado de inmediato-, establecieron que solo el 8% de las faltas terminaba en una lesión seria dentro del fútbol masculino.
Entre las mujeres, el porcentaje era de 14%.
El estudio fue liderado por Daryl Rosembau, quien indicó que los hallazgos pueden ser explicados por una serie de factores.
"Los hombres son más grandes y rápidos, y es probable que los choques ocurran, por lo que también es probable que sufran lesiones dolorosas, pero que al final no requieran un cambio", dijo el investigador.
"Al mismo tiempo, como hay más contacto, eso puede conducir a que se den más oportunidades de tratar de influenciar la decisión de un juez a través de la simulación", explicó.
Los resultados también sugieren que las futbolistas mujeres también caen algunas veces en la simulación.
Para la muestra, un botón: en los cuartos de final del Mundial de Canadá 2015 entre Francia y Alemania, la francesa Claire Lavogez se dejó caer en el área rival en los minutos finales de un partido que estaba empatado.
El "piletazo" le quedó tan mal hecho que la jueza, en vez de ponerle una tarjeta amarilla como correspondía, le hizo un gesto de desaprobación.
"Creo firmemente que esas cosas del juego no le gustan a las mujeres", le dijo a la BBC Julie Foudy, que fue capitana de la selección de EE.UU.
"Pero mi lado cínico me dice que mientras las mujeres vean más partidos y la exigencia se vuelva mayor, es posible que comience a verse más ese tipo de conducta en las canchas", agregó.
En el caso de Lavogez, fue un caso de "karma instantáneo": ella erró el cobro clave que al final le dio la victoria a Alemania en la definición por penales.