Puede que haya una explicación histórica, otra científica y hasta una de conveniencia.
Pero lo que no hay es un consenso claro.
Durante años se creyó que correr en dirección contraria a las agujas del reloj en atletismo y otros deportes tuvo se origen en las olimpiadas de la antigua Grecia, pero según el historiador Paul Cartledge, profesor de estudios clásicos de la Universidad de Cambridge, esa teoría es equivocada.
Cartledge recuerda que tanto en Olimpia como en cualquier otra parte de Grecia las pistas de atletismo y donde se disputaban las carreras de caballo eran rectas y las "vueltas" se contaban simplemente cuando la persona o el caballo llegaban al final y regresaban.
Con el paso del tiempo se ha podido ver registros de carreras que se han llevado a cabo en una dirección u otra, pero lo más difícil ha sido encontrar el por qué.
En los primeros juegos olímpicos de la era moderna -Atenas (1896 y 1906), París (1900) y San Luis (1904), los atletas corrieron siguiendo el sentido de las agujas del reloj, pero a partir de 1908, en Londres, se cambió y se estableció en el reglamento que la dirección de la carrera debía ser con la mano izquierda en el interior de la pista.
La razón del cambio, según explica el libro Running Trough the Ages, de Edward Seldon Sears, fue que la mayoría de los países comenzaron a adoptar la forma en que se corría en Estados Unidos, que se piensa optó por esa dirección simplemente porque así se llevaban a cabo las carreras de caballos.
Y estas últimas se corrían en ese sentido debido a que esa fue la voluntad de William Whitley, quien es reconocido como el pionero de las carreras de caballos en Estados Unidos en la pista que construyó en un terreno de su propiedad en Kentucky.
Los derechos
La medida no fue adoptada en todas las carreras ni en todas partes y hubo lugares, como las universidades de Cambridge y Oxford, en Reino Unido, que recién a mediados del siglo XX cambiaron la forma en que se corría en sus pistas de atletismo.
Otra teoría menciona que simplemente se corría así porque era la manera más fácil para las personas que escribían con la derecha y tenían el costado derecho del cuerpo más desarrollado, incluyendo su pierna, que históricamente han sido mayoría en la población.
El raciocinio detrás de esta idea es que al ser la pierna derecha más fuerte es la más apta para recorrer una distancia más larga, facilitar el giro y aguantar mejor el esfuerzo.
Eso fue lo que comprobó el profesor Onur Güntürkün, biopsicólogo de la universidad de Ruhr en Bochum, Alemania, en un estudio citado en el trabajo de investigación que el profesor iraní Mohammad Hadi Tavakkoli realizó en 2013 en la universidad de Karala, en India.
Tavakkoli indagó numerosas fuentes para encontrar la respuesta sobre cuándo comenzamos a correr como lo hacemos y se percató que no sólo son las carreras, sino que también los lanzadores de disco y martillo giran en sentido contrario a las agujas del reloj.
De hecho, la mayoría de deportes que se disputan en un óvalo o en un circuito lo hacen siguiendo esta dirección como el ciclismo de pista, patinaje de velocidad, las carreras de perros, la popular categoría de automovilismo NASCAR en Estados Unidos o la modalidad de motociclismo conocida como el speedway.
Incluso el flujo natural que las personas adoptan cuando patinan sobre hielo o bailan es girando hacia la izquierda.
Según expuso en su trabajo Tavakkoli, la razón de que esto suceda se puede encontrar en la propia naturaleza.
Cuestión de evolución
El profesor enumeró una lista de fenómenos naturales que ocurren en sentido contrario a las agujas del reloj como la estructura molecular del aminoácido, la rotación de la mayoría de los planetas y la dirección de la órbita de la Tierra alrededor del sol.
Un reciente estudio del doctor Garry Robinson, de la universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, confirmó que el efecto Coralis que se genera por la rotación de la Tierra influye claramente en muchos deportes.
En atletismo, por ejemplo, los corredores se benefician cuando compiten en el hemisferio norte ya que logran agenciar mejores tiempos que en el hemisferio sur, como se demuestra que la mayoría de los récords vigentes fueron logrados en esa parte del planeta.
Esto puede que sea una simple coincidencia, ya que la mayoría de las competencias se disputan al norte del Ecuador, pero está demostrado que el efecto Coralis ayuda levemente a los corredores cuando lo hacen en ese sentido.
En cuanto a que en la población haya una mayoría de derechos, interpreta en su trabajo Tavakkoli, se pude explicar por una razón de la evolución de los seres humanos.
En su texto describe como las personas protegen de manera natural el costado que sienten más vulnerable del cuerpo, que en este caso es donde se encuentra el corazón, el izquierdo.
Eso hace que hayan desarrollado más su lado derecho al tener que utilizar esa mano y esa pierna para atacar o portar cualquier arma de defensa.
Conveniencia
Pero esa teoría no aplica para los perros o caballos, ni tampoco para las carreras de NASCAR.
La hipótesis sobre esta última es que los pilotos van sentados en la parte izquierda del vehículo y para ellos es más fácil controlar ese lado.
También al girar hacia la izquierda se encuentran más lejos del muro de seguridad que limita la pista y que en caso de un accidente permitiría al auto absorber más fácilmente el impacto.
Ninguna de las teorías anteriores está respaldada por pruebas absolutas, por lo que tampoco se debería descartar que en el fondo la respuesta sea un simple hábito que prácticamente no percibimos, como es la dirección en la que leemos.
De esta forma, al ir de izquierda a derecha, como lo es en la mayoría de los idiomas del mundo y en especial en los países donde nacieron la versión moderna de los deportes que conocemos, se facilita la visión de los espectadores.