La incorporación de Marcelo Bielsa como director técnico del Lille durante la temporada 2017-2018 fue anunciada con bombos y platillos por el club francés de la Ligue 1.
"Bielsa es sin lugar a dudas uno de los directores técnicos más respetados e influyentes, y traerlo aquí es una satisfacción inmensa y prueba de la ambición del club", dijo en febrero Marc Ingla, director general del equipo.
Casi nueve meses después, tras la derrota contra el Olympique de Marsella la semana pasada, la hinchada comenzó a gritar: "¡Dimisión, dimisión!".
Y no iba para los jugadores: iba dirigido al "Loco Bielsa".
De los 10 partidos jugados, el equipo del argentino solo ganó uno y está penúltimo en la tabla de posiciones, es decir, en zona de descenso.
El equipo lleva apenas 6 puntos, 23 menos que el líder de la tabla, el Paris Saint-Germain.
Los rumores sobre su posible despido son cada vez más insistentes en la prensa deportiva. Este jueves, por ejemplo, el diario As publicó que Ingla se contactó con el técnico español Javi Gracia "para conocer su disponibilidad".
Un plan radical
A solo 3 días de haber asumido la dirigencia del Lille, Bielsa descartó a 12 de los 29 jugadores del equipo.
El técnico, que confesó haberse dedicado a analizar al histórico club francés entre febrero y junio, cuando comenzó la pretemporada, tenía una idea muy clara del tipo de futbolistas que quería.
Uno de los objetivos del "Loco" era tener un equipo joven. De hecho, el promedio de edad del Lille en su primer partido de la temporada fue levemente superior a los 23 años. El mayor de los 11 tenía apenas 26.
Según informó el diario deportivo francés L'Equipe, el entrenador contó con un presupuesto de entre US$45 y US$55 millones para las contrataciones.
De hecho, el diario afirmó que el plan era de una "ambición ilimitada".
Antes de comenzar en su nuevo rol, Bielsa llegó incluso a declarar: "Tengo previsto colgar más de 200 frases en el lugar de entrenamiento. La idea me vino al leer un libro de un sacerdote chileno (Felipe Berríos). Él tiene el don de sintetizar las situaciones en una frase. Cada una tendrá su equivalente en el fútbol".
También había anunciado que realizaría una serie de preguntas a los jugadores para comprenderlos mejor, que abarcarían "qué hacen de su tiempo libre o cuáles son sus libros o películas preferidas", por ejemplo.
El extremo del Lille Anwar El Ghazi contó en su momento a la BBC: "Los primeros dos días fueron pruebas, pero después de eso vino el trabajo duro. Entrenamos a las 10 de la mañana y una segunda sesión a las 6:30 de la tarde. Comemos aquí, dormimos y hacemos todo aquí".
Y agregó: "El entrenador dijo que tenemos que ser una familia unida y cuando comemos juntos, dormimos en una cama junto al de un compañero, te conviertes en una familia. Somos como hermanos ahora".
También contó que "exige a todos hasta el límite", con sesiones de entrenamiento que son "física y mentalmente muy duras".
¿Qué salió mal?
Tras la nueva derrota de la semana pasada, Bielsa dijo en conferencia de prensa: "La responsabilidad es mía".
En su análisis del partido, el diario France Football señaló que a los "jóvenes futbolistas del Lille les faltó realismo y experiencia para conseguir aunque fuese un punto".
Y a lo largo de la temporada, este y otros medios especializados han criticado cada línea del equipo, desde la débil defensa hasta el poco efectivo ataque.
Romain Laplanche, quien a fines de agosto publicó una biografía de Bielsa, incluso dijo al diario español El País: "Se le ve muy frustrado, muy tocado".
"El Lille está jugando peor que el Athletic o el Marsella cuando los entrenaba, aunque intrínsecamente está menos armado", agregó Laplanche.
Este domingo el Lille se enfrenta al Metz, el último equipo de la tabla.
El "Loco" se juega mucho más que tres puntos.