Cuando en 2009 la prestigiosa revista española Don Balón estableció un ranking de los hombres más influyentes y poderosos en el fútbol, el nombre de Ángel María Villar apareció en la quinta posición.
Por delante de él estaban Joseph Blatter (presidente de la FIFA), Michel Platini (presidente de la UEFA), el paraguayo Nicolás Leoz (presidente de la Conmebol) y Julio Grondona (presidente de la Asociación de Fútbol Argentina).
El fallecido dirigente argentino y el paraguayo fueron las caras más visibles de los años de corrupción que imperaron dentro de la FIFA y que dieron pie al escándalo que sacudió al organismo en mayo de 2015.
Ninguno sigue vinculado con el fútbol, como tampoco otros cuatros dirigentes que aparecen por detrás de Villar en la mencionada lista.
Pero quien todavía es presidente de la Federación Española de Fútbol, cargo que ocupa desde hace 29 años, no cayó con la vieja guardia que en su momento lo impulsó hasta la vicepresidencia de la FIFA y se mantiene como el superviviente de más galones del llamado "Fifagate".
Por lo menos hasta ahora.
Este miércoles Villar fue detenido por la Guardia Civil en en España junto a su hijo Gorka Villar, quien fue directivo de la Conmebol, en un operativo anticorrupción ordenado por la Audiencia Nacional.
Las autoridades investigan supuestos manejos económicos del presidente de la RFEF y de su hijo en provecho de ambos y en perjuicio de las arcas de la Federación.
En el marco de la "Operación Soule", como se conoce a la investigación que se inició hace más de un año luego de denuncias del Consejo Superior de Deporte, también fueron detenidos Juan Padrón, vicepresidente económico de la federación, y Ramón Hernández Bassou, secretario general de la Federación Tinerfeña de Fútbol, aunque se espera que la cifra aumente considerablemente en las próximas horas.
Entre los supuestos delitos en los que estaría implicado Villar están el impulsar partidos de la selección para conseguir contraprestaciones personales, apropiación de fondos de la federación, causando perjuicio a la misma, amaños e enriquecimiento ilícito.
Según se pudo conocer, Villa habría obrado en beneficio de una sociedad que pertenece a su hijo para la obtención de millonarios contratos en materia de derechos de imagen y retransmisión de partidos de la selección español desde 2011.
Asimismo se lo acusar de ofrecer sobornos a dirigentes para obtener su respaldo de cara a su reelección como máximo mandatario del fútbol español, cargo en el que fue confirmado por octava vez en mayo pasado.
Los detenidos serán interrogados por la Unidad Central Operativa (UPO) de la Guardia Civil, que fue el cuerpo encargado de los registros a la sedes de la RFEF y de los organismos regionales, y luego deberán prestar declaración ante la Audiencia Nacional.
La detención a Villar y la investigación en su contra dejan al dirigente en una posición prácticamente insostenible para seguir ocupando la presidencia de la federación española y coloca una interrogante sobre su vínculo con la FIFA y la UEFA, organismos en los que todavía ocupa cargos de alta relevancia.
De allí que esté en juego el futuro del último gran caudillo de la FIFA.