Los que conocen de cerca a Radamel Falcao aseguran que "el Tigre" nunca dejó de creer que un día volvería a triunfar a lo grande.
Es por eso que el título que conquistó este miércoles como campeón de la Ligue 1 en Francia con al Mónaco tuvo un valor doblemente especial.
No sólo fue su primer trofeo desde que sufriera la grave lesión de rodilla que estuvo cerca de retirarlo de las canchas en enero de 2014.
También fue uno que logró siendo el goleador, líder y capitán de un club que es el campeón con la plantilla de jugadores más joven de las principales ligas en Europa.
A esto se suma la impresionante campaña del Mónaco en la Champions League, donde lograron llegar a semifinales con un fútbol atractivo que causó sensación en el fútbol europeo.
Por si todo esto fuera poco, este es el primer título en la Ligue 1 que el club del principado obtiene en 17 años.
El regreso de Falcao a la élite contrasta drásticamente con el calvario que vivió durante sus dos años en Inglaterra, período en el que apareció un gran signo de interrogación sobre su carrera como futbolista.
Él no tuvo dudas, el resto del mundo sí
Falcao mantuvo la confianza en sí mismo en los días más lluviosos y fríos de Manchester o mientras se recuperaba de las lesiones en la soledad de un cuarto en Londres, donde pasó la mayor parte de su tiempo con el Chelsea.
Pese a las críticas de los medios ingleses o las burlas de los aficionados en las redes sociales, el delantero colombiano mantuvo la fe que un día regresaría a ser el devorador del área que triunfó desde que surgió de las inferiores de River Plate.
Incluso cuando sus estadísticas decían lo contrario.
El Falcao que se vistió de futbolista con el Manchester United, tras la grave lesión de rodilla que sufrió en enero de 2014 y que lo apartó de su sueño de jugar el Mundial de Brasil con Colombia, pareció una sombra de sí mismo.
Bajo las órdenes del holandés Louis van Gaal, el delantero sólo pudo anotar cuatro goles en los 29 partidos que disputó.
En la cancha se vio perdido, ajeno a la figura del delantero que antes de llegar a Manchester había conquistado Portugal y España.
Con el Porto, Falcao anotó 72 goles en 87 partidos, conquistando la liga, la copa y la Liga Europa, en la que se convirtió en el máximo goleador en una temporada con 17 tantos.
En el Atlético de Madrid marcó 70 goles en 91 partidos y volvió a levantar el trofeo de la Liga Europa. En el camino, destruyó al Chelsea en la supercopa europea.
Pero en Manchester su instinto goleador no apareció.
La leyenda del Manchester United, el defensor Rio Ferdinand, aseguró que el principal culpable de lo que le ocurrió a Falcao fue Van Gaal.
"Todo el tiempo en el que ha triunfado con sus otros clubes ellos centraban la pelota para él", explicó Ferdinand el mes pasado en el canal inglés BT Sport.
"En el Mónaco, los dos laterales salen al ataque y centran el balón, lo que le permite hacer grandes desmarques en el área".
Otra crítica al entrenador holandés fue que nunca le dio continuidad en sus alineaciones, retrasando su tiempo de recuperación.
Fracaso total
Pero si en Manchester las cosas no resultaron como era de esperar, en Londres la situación fue incluso peor.
Su paso por el Chelsea dejó un solitario gol en 12 partidos y menos de 300 minutos jugados.
El mismo Falcao reconoció en una entrevista con el diario francés L'Equipe que en el oeste de la capital británica vivió su momento más complicado como futbolista.
"A mitad de temporada sabía que no iba a poder hacer nada más porque el club había decidido que no jugara más", contó el futbolista.
Los dos años en Inglaterra hizo pensar que la carrera de Falcao nunca volvería a ser la misma, pensamiento que adquirió aún más forma tras su pobre rendimiento durante la Copa América en 2015 y ausencia en la edición de 2016.