Todo lo que Chile deberá ceder a la FIFA si quiere organizar el Mundial 2030
¿Bienvenidos al Mundial de Chile 2030? Esta simple pregunta genera entusiasmo en varios, sobre todo aquellos que quieren repetir la experiencia de 1962 o los otros que sueñan por primera vez ser testigos de la fiesta máxima del fútbol.
“Hemos conversado con todos los actores, presidente de la conmebol, de la FIFA, miembros del comité ejecutivo de la FIFA, la posibilidad de una opción legítima de organizar solos o a la par con Uruguay la cita planetaria”, con esas palabras el presidente de la ANFP, Sergio Jadue, celebraba su reelección de su mandato por cuatro años más.
La ilusión ya está instalada, como también las voces críticas. Es que mientras algunos celebran esta declaración de intenciones, otros mantienen cautela argumentando lo sucedido en Brasil que derivó en violentas manifestaciones a lo largo del país. Desde esa perspectiva es inevitable preguntarse: ¿qué tendría que ceder o cambiar Chile para organizar el Mundial del 2030?
Cuando la FIFA decide que un país se haga cargo de la organización de un torneo de esta envergadura entrega un cuaderno de cargos, en donde piden un aval del gobierno que se comprometa a realizar las diversas regulaciones que FIFA exija.
Compromiso de gobierno
La venta de cervezas en los recintos deportivos fue el principal conflicto que tuvo que lidiar Brasil con la FIFA, esto porque el país tenía dentro de sus leyes la prohibición de consumir alcohol en los estadios de fútbol. Finalmente, el país organizador debió cambiar sus leyes para que así Budweiser vendiera su brebaje a los asistentes a los diversos partidos.
En Chile, según la ley 19.225, queda prohibida la venta de alcohol en cualquier tipo de envase en los recintos deportivos, a menos que se efectúe en recintos delimitados que tengan patente de restaurante o círculo o club social con personalidad jurídica (club de golf). Teniendo en cuenta esta arista, ¿qué debería hacer Chile si quiere hacer el Mundial?
“Cuando la FIFA decide que un país se haga cargo de la organización de un torneo de esta envergadura entrega un cuaderno de cargo, en donde piden un aval del gobierno que se comprometa a realizar las diversas regulaciones que FIFA exija”, contó a T13.cl Alfredo Asfura, miembro del comité FIFA.
En Sudáfrica el consumo de cerveza equivalió a 750.000 litros, unos US$ 8 millones. Por eso la insistencia para que Brasil cambiara sus políticas respecto a este punto.
Otros alcances
FIFA no pide cantidad de estadios, sino calidad. En ese sentido nuestro país está capacitado porque estamos más ordenados.
Para Rusia 2018, Moscú deberá gastar US$ 20,9 mil millones para organizar la Copa. La Fifa no pone ni un dólar para construir algún recinto. Si Chile pretende hacerlo, deberá hacer una fuerte inversión en los estadios.
Si bien la FIFA no impone una cantidad de recintos para disputar los duelos, lo ideal para atraer turistas es que sean menos de 12 estadios. Estos deberán como mínimo tener un aforo de 40 mil personas. En nuestro país sólo dos estadios cuentan con estos requisitos: el Nacional y el Monumental. ¿El problema? Primero, una ciudad no puede tener dos estadios como sede, segundo, ninguno de estos podría albergar la final, ya que se requiere el doble de espectadores.
“FIFA no pide cantidad, sino calidad. En ese sentido nuestro país está capacitado porque estamos más ordenados”, lanzó el miembro de la FIFA.
Opinión contraria tiene Jaime Pilowsky, presidente de la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados. En La Segunda, afirmó que considera inviable realizar este torneo porque el sólo gasto en construcción sería de US$ 4 mil millones, unos 2.336.000.000.000 en pesos chilenos. El parlamentario advierte que esta cifra corresponde al presupuesto del Ministerio de Deportes en 20 años.
Por ejemplo, para el presupuesto 2015 entregado por el gobierno, se destinarán los siguientes montos por las áreas de cáracter más urgente. Sumando el gasto total, ni se acerca a la cifra que costaría realizar la Copa del Mundo
Chile invierte, pero la FIFA gana
Toda la inversión que nuestro país realizaría en caso de organizar el Mundial sería reembolsada a través del turismo y de los estadios construidos. La idea, apunta Asfura, sería que estos recintos deportivos tengan una utilización a futuro y no repetir casos como el de Brasil con el estadio de Manaos o en Sudáfrica.
Es que un 95% de los recursos van para la FIFA. Ahí se incluyen los derechos de televisión y de comercialización, todos libres de impuestos. En Brasil, el organismo fue eximido de pagar tributos con una ley especial.
Durante Brasil 2014, la revista Forbes elaboró un gráfico donde retrataba lo que ganó la FIFA en millones de dólares desde el Mundial de Francia en 1998, montos que van desde los 4.000 mil millones de dólares hasta los 365.
Estadios fantasmas
Según datos recolectados por algunas investigaciones, Sudáfrica perdió casi 3.000 millones de dólares, siendo el tema de los estadios una fuente de aquello. Por ejemplo, el Soccer City de Johanesburgo, donde se jugó la final entre España y Holanda, cambió de nombre a FNB Stadium por motivos publicitarios. No se utiliza por los equipos de la zona por el alto precio de arrendar sus instalaciones, y sólo se ocupa para algunos duelos de la selección de fútbol y rugby.
Por su parte, el Green Point de Ciudad del Cabo, que costó 600 millones de dólares, es utilizado por el Ajax Cape Town, equipo con una media de 4.000 espectadores para un estadio de 64.000 asientos.
En Brasil, el Estadio Vivaldo Lima, ubicado en plena selva amazónica de la ciudad de Manaos costó 280 millones de dólares. Durante el Mundial, sólo cuatro encuentros se disputaron en el recinto, todos correspondientes a la primera fase. Con una población de 2,5 millones de personas, este estadio para 44.000 espectadores no cuenta con un equipo de fútbol en primera división.
Con miedo a convertirse en un "elefante blanco", autoridades de la zona plantearon antes de la Copa del Mundo transformar el lugar en una prisión.
No es el único caso donde la inversión no ha rendido frutos. En Brasilia, el estadio Mané Garrincha costó 900 millones de dólares. No cuentan con un equipo popular en primera división para llenar los 72 mil espectadores. El Arena Pantanal de Cuiabá (203 millones de dólares) y el Arena das Dunas de Natal (120 millones de dólares) tampoco pueden sacar el provecho suficiente.