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Óscar Landerretche: “Me preocupa el clima que veo dentro de la Convención, de muchísimo cansancio"

Óscar Landerretche: “Me preocupa el clima que veo dentro de la Convención, de muchísimo cansancio"
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El economista Óscar Landerretche (PS), ex presidente del directorio de Codelco, acaba de lanzar el libro “Siete nudos” (Planeta), donde analiza las tensiones económicas del proceso constituyente. Y dice que el plan de recuperación que presentó Marcel no es suficiente. “Me parece a mí que todavía falta por anunciar una propuesta económica más agresiva”.

-Uno de los nudos que abordas en tu libro es el de la descentralización. La comisión Forma de Estado está planteando un Estado Regional. ¿Te parece una buena idea?

-Ese es un muy buen ejemplo, porque yo en el libro me declaro federalista, que es una palabra fea en Chile por alguna razón muy extraña.

-Porque cuando se intentó, en 1826, duró poco…

-Fue una mala experiencia de los pipiolos. Ahora, cuando se discute hacer un estado regional es una manera encubierta de decir que vamos a avanzar a un estado federal. Y eso pasa en muchos países. En España no se llama federalismo, se habla de autonomías. Pero yo pienso que Chile inevitablemente se va a convertir en un estado federalista, aunque sea con otro nombre.

Yo estoy de acuerdo con la idea de un estado regional, la clave es cómo se diseña. Existen países federales que son  los más desarrollados del mundo, como EEUU, Alemania y Suiza, pero también es cierto que uno puede hacer un sistema federal que sea un estropicio. Y tenemos varios ejemplos en la región, donde la manera en que está armado el sistema federal genera un problema de gobernabilidad, una fuente de crisis financieras a cada rato.

-¿Cuáles países son un mal ejemplo federalista?

-Argentina, México, Brasil. Hubo un experimento cuasi federal en Colombia del cual tuvieron que retroceder, luego de una reforma constitucional. Mi punto es que así como hay países que lo han hecho bien como Canadá, Australia, EEUU, también hay otros que lo hacen mal.  Para que resulte, uno tiene que discutir con mucha más precisión cuales son las atribuciones fiscales o de deuda, que tienen estas entidades regionales y como se las da algunas de estas atribuciones para que no se conviertan en una crisis a nivel nacional.

-Siendo una persona de izquierda, ¿cómo has visto en general el trabajo que está haciendo la Convención?

-Los tiempos de esta Convención siempre me parecieron absurdamente cortos. Honestamente nunca entendí a quién se le ocurrió que se podía hacer una constitución en esos plazos. Por construcción, el proceso se iba a ver muy apretado para lograr un producto de buena calidad. A eso hay que sumar que en la primera mitad, se gastó muchísimo tiempo en una especie desahogo.

Quedaron muy atrasados, pero veo bien enfocada a la actual mesa directiva. Eso sí, me preocupa un clima que veo dentro de la Convención, de muchísimo cansancio, de mucha ofuscación, de mucha irritabilidad. Eso hace que cuando se le hacen críticas constructivas, incluso de personas que quieren que ellos tengan éxito como yo, que quieren aprobar lo que ellos hacen, que quieren que resulte, las reacciones son pésimas.

-¿Eso puede incidir en la calidad del texto?

-Claro. Sus respuestas son defensivas, autodestructivas, con mucha arrogancia, descalificando a las críticas con buena leche. Entonces estoy preocupado por eso. Cuando hay un grupo de personas, que tienen que redactar colectivamente algo, si hay un mal clima, irritación, cansancio, ofuscación, es raro que las cosas salgan bien. Yo he propuesto varias veces la idea de poner la pelota en el piso. Pero nadie tiene ganas de hacer eso. Sé por experiencia lo difícil que es redactar un documento colectivamente. Con el grado de  ofuscación que se observa en la Convención, me cuesta ver que eso termine bien.

-¿Cómo evalúas hasta ahora el avance de la Convención en los temas económicos?

-Da un poco de vértigo ver el poquito tiempo que se  está dedicando a temas que son súper relevantes, que si salen mal pueden dejar la crema. A mí me cuesta entender para dónde van. Pero para darte un juicio, creo que lo más prudente es esperar a tener un documento. Prefiero no quedarme con los titulares. No tengo una visión comprensiva.

-Ahora se está planteando un quinto retiro, ¿es una mala idea?

-Yo he estado en contra de todos los retiros. Es una muy mala idea. En el caso de que se necesiten ayudas sociales para ciertos sectores de la sociedad, ya sea por una pandemia, inflación, eso no debe ser financiado con los ahorros previsionales de las personas. Deben ser financiados con presupuesto general de la nación. Y esos recursos deben ser recaudados con impuestos lo más progresivos posibles, que graven más a los ingresos altos. Es impopular, pero así es.

-El tema económico está complicado. El IPC de marzo tuvo su mayor alza en 28 años. ¿Cómo ves el panorama?

-Lo veo súper complicado. La inflación es una manifestación de algo que se viene muy fuerte y es que enfrentamos un segundo semestre en cual, por un lado, el mundo está transitando hacia una recesión, una estanflación, es decir recesión con inflación. Estamos con un escenario de inflación de petróleo y de gas importante a nivel global, que nos afecta porque somos importadores.

-¿Por la guerra?

-Claro. Además va a haber una inflación de alimentos, también por la guerra. En el caso de Ucrania y Rusia tiene que ver con el trigo y con los aceites, de maravilla, por ejemplo, que son bien importantes. Si se encarece el trigo también sube el maíz, porque se contagian los mercados. Además hay un escenario complicado de sequía, en el cual podemos tener racionamiento.

-¿Las reformas del gobierno agregan incertidumbre?

-Son reformas complejas de procesar para una economía de mercado, como alzas tributarias, regulaciones laborales. Veo un escenario bien complejo, que requiere de una política de desarrollo productivo.

-¿No es suficiente el paquete de medidas que presentó Marcel?

-Lo que propongo es un poco más de lo que se ha anunciado. Lo que presentó el ministro de Hacienda es un paquete de ayudas similares a las del gobierno anterior: ayudas a la demanda, subsidios, bonos. Pero lo que yo estoy hablando es otra cosa. Políticas de desarrollo productivo que movilizan las capacidades económicas tanto de las empresas del estado, como del MOP, la Corfo y de las empresas privadas.

-¿Eso falta para enfrentar la crisis?

-Me parece a  mí que todavía falta por anunciar una cosa más agresiva en ese plano. Hay algunos elementos positivos en el paquete que anunció el ministro Marcel, pero para la escala del problema que se nos viene, creo que nos falta ser más agresivos. Yo recomendaría movilizar con una velocidad muy superior a la anunciada los procesos de inversión de las empresas públicas y ministerios como el MOP, Vivienda, nos falta mover eso. Y lo que hemos visto es que esos distintos ministerios están medio paralizados. Si se paralizan las palancas estatales de inversión y el sector privado está  con todos estos problemas de petróleo caro, incertidumbre, se te puede genera una situación muy complicada de manejar.

-¿Qué recomiendas?

-Recomendaría ser más veloz a la hora de movilizar las palancas de crecimiento del Estado. Necesitamos un estado más grande y desarrollista. En general los estados de los países más desarrollados son más grandes, como Suecia, Alemania, son estados que tienen una estructura y un compromiso con el proceso de desarrollo y de crecimiento de su economía que nosotros no hemos tenido todavía.

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