Lo que hay detrás de la alerta de Lagos sobre el rumbo de la Convención
Lo que dijo Lagos. En la entrevista que realizó este viernes a la periodista Paula Escobar, en Duna, el ex Mandatario defendió un cambio en el rumbo de la Convención Constituyente. “Es indispensable porque en caso contrario, me temo que podemos tener una Constitución muy inadecuada para las necesidades del país. Hay algunas cosas que se han aprobado que me parecen muy graves y cuando se les ha hecho ver, efectivamente han retrocedido”, sostuvo.
- La Convención vive “un momento delicado, porque hay que escuchar a los ciudadanos, y es delicado porque todavía podemos arreglar muchas cosas que están en proceso de elaboración. Lo importante es, primero, ponernos de acuerdo en qué es una Constitución”.
- En esa línea manifestó su inquietud por “cosas que son elementales. La división de poderes viene de Montesquieu, de hace 200 años (…), discutir ahora si el Poder Judicial es poder o no es poder, a mí me deja incómodo”.
- “El Consejo de Justicia, ¿qué va a revisar? ¿Los fallos? Es uno de los puntos concretos, tienen que aclararme qué quiere decir revisión integral. Integral, ¿desde el punto de vista administrativo? Por supuesto. Integral, ¿desde el punto de vista de los fallos? Por ningún motivo (…), la palabrita integral no me la han podido aclarar”.
- También rechazó el concepto de plurinacionalidad: “No, porque ya hace mucho tiempo que tenemos una bandera, un himno nacional, cuando juega la Roja todos somos chilenos. Se ha ido creando en estos 200 años un imaginario de la patria”.
- “Creo que (la eliminación del Senado) es un grave error”.
- Al referirse a sus conversaciones con convencionales señaló: “Cuando hablo con algunos de ellos, estoy acostumbrado a que me digan ‘perdón, Presidente, usted no sabe cómo está el clima acá adentro’”.
- Lagos también sostuvo que “Boric tendría que ver cuánto nos costó sacar la reforma”, al aludir a la afirmación del Presidente de que la actual Constitución fue escrita “por cuatro generales” y que cualquier cosa sería mejor que eso. “Tendría que actualizar un poco y ver cuánto nos costó sacar esa reforma (…) nos costó los seis años de gobierno”, dijo, en referencia a la reforma constitucional del 2005, que impulsó en su último año de gobierno y que entre otras cosas puso fin a los senadores designados y otras normas claves relacionadas con el poder militar heredadas de la dictadura de Pinochet.
- “Quiero suponer que esto va a tener un final feliz. Ahora, ojo, la Constitución que empezaría a regir es la que lleva mi firma” añadió. “Hay un sello que queda en la Constitución de los cuatro generales y que no ha cambiado hasta hoy y que es el Estado subsidiario. No está dicha la palabra subsidiario, pero sí hay una actividad que la pueden desarrollar los privados, el Estado no se mete ahí. Mire, cuando nos cortaron el suministro de gas de Argentina, yo entonces pude decirle al señor de la Empresa Nacional de Petróleo ‘traiga gas licuado de donde sea, pero vamos a tener gas ahora, porque yo quiero una autonomía’. Una orden del Presidente y se acabó la discusión”.
- Por último, consultado por la eventualidad de que que ganara el Rechazo, afirmó: “Tenemos que buscar los mecanismos. Puede hacerse una reforma constitucional a través del Parlamento, que vuelve a corregir la Constitución que tenemos (…) Lo otro sería elijámoslos de nuevo, eso es una solución inmediata, y que se pongan a trabajar en serio”.
- En todo caso, señaló que aún hay tiempo de corregir el rumbo de la convención.
Las señales previas del ex mandatario. Las declaraciones del ex Presidente reflejan su preocupación y de la centroizquierda, que se han venido traduciendo en una serie de encuentros e iniciativas reservadas. Lagos ha estado muy activo en las últimas semanas, sea invitando personas a su residencia, por donde han pasado convencionales, intelectuales y líderes políticos, o contactándose con convencionales, no solo del Partido Socialista.
- La primera señal pública de esos movimientos ocurrió hace un par de semanas, cuando Luis Riveros, el ex rector de la U. de Chile, convocó a un encuentro con un grupo de autoridades de distintos ámbitos en las últimas décadas. Se trataba de la presentación de su libro “Chile: los dilemas de una crisis”, situada en el marco de su campaña para convertirse en Gran Maestro de la Masonería, en las elecciones del 23 de abril.
- El encuentro se realizó en la Peluquería Francesa, ubicada en el Barrio Yungay. Y acudieron el ex Presidente Ricardo Lagos y los ex ministros Soledad Alvear, Sergio Bitar y Osvaldo Puccio, de la ex Concertación, así como el ex presidente de la Suprema, Hugo Dolmestch; el ex canciller Hernán Felipe Errázuriz; el ex rector de la U. Alberto Hurtado, Fernando Montes; y el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, José Rodríguez Elizondo.
- Bitar dijo a El Mercurio que “nos hemos reunido con nuestras experiencias para analizar la situación de la Convención, de las materias que generan preocupación y de la posibilidad de corregir y lograr una Constitución que consiga el apoyo de la ciudadanía. Hay bastantes dudas en muchos y preocupación, ese ha sido el tema fundamental”.
- Del ex Presidente Lagos, Riveros sostuvo que habló de “un momento delicado, complicado y ojalá las instituciones republicadas puedan fortalecerse y no debilitarse”. Y en una cuenta de Instagram añadió: “Se discutió sobre la situación política nacional y las consecuencias internacionales de algunas reformas constitucionales propuestas”.
- En la cita a la que convocó el ex rector Riveros, Lagos mostró su preocupación por el avance de la plurinacionalidad en la Convención. Ya Rodríguez Elizondo había planteado el tema.
- “Las tesis sobre la plurinacionalidad que están aplicando nuestros convencionales son tributarias del pensamiento del boliviano Álvaro García Linera, ex vicepresidente de Evo Morales. Derrotados judicialmente ambos, en La Haya, hay indicios de que la plurinacionalidad chilena, en trámite, con sesgo indigenista, les puede proporcionar una nueva estrategia”, indicó Rodríguez Elizondo.
Telón de fondo. En la ex Concertación se han juntado en distintos a grupos a socializar cursos de acción frente al rumbo adoptado por la constituyente. Pocos dudan de que para la centroizquierda resulta muy cuesta arriba votar Rechazo, pero la misma certeza existe respecto de que buena parte de ellos marcarán su posición solo una vez que el texto esté concluido -el 4 de julio- y que ya hay gente que está trabajando en un plan B en caso de una derrota del Apruebo en el plebiscito de salida o que la Convención profundice en reformas radicales al sistema político, social y económico del país. Se trata, para algunos, de dos alternativas que pueden asestar un golpe a todo el sistema y el gobierno de Boric.
- A este debate se han sumado 3 factores que inquietan a la plana mayor de la centroizquierda, concatenados entre sí.
1) Qué ocurrirá en una elección con voto obligatorio. Hasta ahora no existen estudios que midan el efecto de una elección en que todo el padrón electoral estará obligado a acudir a las urnas, 10 años después de que el voto voluntario comenzara a regir en Chile. En la encuesta Cadem de la primera semana de marzo, un 19% dijo no saber cómo votará o no respondió. Es a este grupo al que más temen en la ex Concertación. El sondeo, además, mostró que la opción Apruebo cayó 3 puntos respecto de la medición anterior y 12 respecto del 28 de enero. Y el Rechazo subió 5 puntos.
2) Qué ocurrirá entre el 4 de julio y el plebiscito de septiembre. Nadie duda que Boric se jugará por sacarla adelante, al tener un correlato con el éxito suyo, de su gobierno y el programa con el que llegó a La Moneda, pero pocos esconden su inquietud respecto de lo que ocurra en los tres meses siguientes a la entrega del texto constitucional y que alternativas se presentarán.
3) Qué ocurrirá con la implementación de las reformas. Ante el golpe a un bastión de poder de la ex Concertación, que cuenta con 18 escaños en el Senado frente a los 5 del FA-PC, el ministro Giorgio Jackson ha transmitido a parlamentarios de centroizquierda que la reforma al Congreso no debiera entrar en vigencia antes de 2026. Así, al menos la mitad de los senadores podría terminar su período de 8 años, aunque el resto lo terminaría 4 años antes. La gran preocupación del laguismo apunta a la implementación y temporalidad con que se llevarán a cabo otras reformas de gran calado, como la del Poder Judicial, del Estado Regional o la plurinacionalidad y autonomía de los pueblos originarios, entre otras cosas. Está por verse lo que ocurra.