-Me gustaría saber cuál es tu visión general sobre el trabajo de la Convención, ante las críticas que han surgido de abogados y otros sectores. ¿Te parecen legítimas?
-En relación a las críticas legítimas que aparecen en distintos sectores del país, me gustaría decir que no existe un proceso constituyente que no acarree profundas diferencias, porque justamente se trata de abrir espacios de discusión que estaban cerrados. Si no tuviera estas diferencias sería una reformita. No conozco un proceso en el mundo que no genere pasiones, posiciones opuestas.
-Uno de los conceptos más cuestionados es el de estado plurinacional. ¿Cómo lo definirías?
-En las normas que ya se han probado, hay dos aspectos fundamentales: el primero es que se reconoce la necesidad de garantizar la representación política de los distintos pueblos originarios, en el Congreso, en los órganos de los gobiernos regionales y de los municipios.
Y segundo: en otro poder del estado que es el judicial, se ha abierto la posibilidad a que, siempre bajo la revisión de la Corte Suprema, los pueblos originarios puedan resolver problemas jurídicos entre sí mismos. Contando siempre como límites los derechos humanos y la Corte Suprema.
-¿Y el tema de las autonomías?
-En términos de distribución del espacio o de la forma de Estado, según las condiciones que determine la ley, se permitirá que los pueblos originarios de manera democrática puedan definir autonomías territoriales. Pero dejando un amplio mandato al legislador sobre cuáles van a ser las condiciones y las características para que ellos puedan autogobernarse.
-La crítica a la plurinacionalidad probablemente se convierta en una de las banderas del Rechazo. ¿Es un tema complejo?
-La campaña del rechazo empezó el 4 de julio 2021, fue trendic topic en twitter, el día que nos instalamos, el rechazo de salida. No me sorprende, sino más bien encuentro que se han demorado mucho, yo esperaba que la campaña fuerte empezara antes. Esto es natural, propio de un proceso constituyente y está presente desde el día uno.
-Algunas críticas también apuntan a que los pueblos originarios está sobre representados. ¿Lo crees así?
-Según el censo del año 2017, la población de pueblos originarios en Chile es de un 12.9% y en esta convención de 154 escaños la población de pueblos originarios es de 17%. Es decir el porcentaje es muy similar al del censo. Uno podría hacer un juicio de valor sobre si eso era bueno o era malo, pero si uno hace un juicio aritmético en relación al censo de 2017, están representados en su justa medida.
-En el borrador ya hay más de 300 artículos y todo indica que va a ser una constitución muy grande, entre las más largas de Sudamérica. ¿Crees que es un atributo positivo o podría ser más breve?
-Es una característica objetiva. Me gustaría precisar que en este proceso inicial ingresaron casi 1400 propuestas de norma, se fueron discutiendo en las comisiones temáticas, y hoy día vamos en 300 y un poco más incluso. Recién en el proceso de armonización final podremos responder a lo que tú me dices: cuántos artículos tendrá la propuesta de constitución.
-¿Hay conceptos redundantes?
-Hay algunos artículos que de hecho sabemos que reiteran cuestiones en distintos artículos más de una vez. Esos serán de alguna manera fusionados o re redactados de otra manera. Hay aspectos que se repiten que van a ser refundidos, aspectos que tienen contradicciones que habrá que resolver; entonces yo creo que no es preciso poder estimar el número de artículos que tendrá el borrador de la nueva constitución… Y mucho menos preciso e impertinente es compararla a las otras, porque todavía no está la propuesta constitucional.
Finalmente, creo que el juicio no puede hacerse en relación al número de artículos que la constitución tiene, sino más bien a la capacidad que la constitución tenga de resolver las demandas sociales. Las normas que se han aprobado son justo lo que Chile necesita.
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-En una entrevista en EMOL dices que hay cosas que no te gustan de la constitución.
-La constitución que me gustaría al 100% sería la que escribiera yo solo. Pero el hecho de dialogar, conversar con personas distintas, nos obliga a modificar las posiciones iniciales. Dentro de los artículos aprobados hay algunos que voté en contra y son parte del borrador. Las votaciones son públicas.
-En las últimas encuestas sube el rechazo, ¿cómo ha golpeado eso al ánimo de la Convención?
-Si uno revisa los procesos constituyentes de América, Europa, uno puede constatar que es común que en la última etapa exista incertidumbre, miedo y desesperanza, que son los tres síntomas presentes en la encuesta de IPSOS y Espacio público. Aunque el sentimiento más frecuente es esperanza, cuando no tenemos ningún texto sobre las normas transitorias, la ciudadanía no conoce y nadie sabe cómo vamos a transitar desde lo actual hacia lo nuevo, es natural y es esperable que en esta etapa exista miedo, incertidumbre y desesperanza.
Entonces, tengo la convicción de que en las próximas semanas, en la medida que empecemos a resolver las dudas sobre la transición, que va a permitir construir el puente entre la constitución actual y la nueva constitución, la preocupación irá disminuyendo y dando paso a la esperanza y la confianza en que esta nueva constitución podrá iniciar el camino de reconstitución de la trama social perdida y de la salida progresiva y paulatina de la profunda crisis política en la que aun hoy estamos sumidos.
-¿Qué piensas sobre la polémica sobre la neutralidad o no del gobierno? Camila Vallejo y Giorgio Jackson dijeron estar contentos por los avances de la Convención.
-Este proceso constituyente busca incidir no sólo en las acciones de este gobierno y del siguiente sino más bien en las acciones de los próximos diez o 20 gobiernos que tenga Chile. Y en ese sentido creo que es un profundo error que quitemos la atención de lo relevante por transformarnos en comentaristas de la coyuntura política.
Lo que sí es importante decir es que el gobierno de Gabriel Boric y sus integrantes han manifestado desde el principio y desde antes, su apoyo irrestricto a la discusión constitucional y su apoyo a las normas que se han ido aprobando. Ahora, sobre el rol que tome el gobierno como institución eso es materia que debe resolver la Contraloría y no yo.
-Dijiste que el tema de los fondos previsionales había sido una impertinencia del gobierno. ¿Mantienes esa posición?
-Lo que yo dije y mantengo es que existe hoy día una campaña que busca generar miedo. Y esa campaña se ha repetido no solo en Chile, sino en Brasil con Bolsonaro, en EEUU con Trump, en Francia con Le Pen y en Inglaterra con el Brexit. Decir que alguien quisiera apropiarse de los fondos y decir que se ha querido garantizar el derecho a la vivienda sin considerar el derecho a la casa propia, son mentiras. Es impertinente responder a estas fakes news a través de normas constitucionales.
-¿Cómo ha sido tu experiencia en la Convención?
-Yo soy médico y trabajaba en un hospital y en un servicio de urgencia y creo que la Convención se parece mucho a estar de turno todos los días todo el día, porque el trabajo es incansable de lunes a lunes, se hacen pocas las 24 horas del día, y se hacen pocos los 7 días de la semana.