Nueve días han pasado desde que los 50 consejeros constitucionales se instalaron en la sede del Congreso en Santiago y, durante las últimas horas, han comenzado a revisar en detalle el anteproyecto redactado por la comisión de expertos. Gloria Hutt (68), presidenta de Evópoli y única representante de ese partido en el Consejo, es parte de la llamada “sala de máquinas” del grupo -la comisión de Sistema Político, Reforma Constitucional y Forma de Estado- y, desde ahí, ya se avizoran varios desafíos. Por lo pronto, hay coincidencia en el mundo político que justamente el mayor cambio que requiere el país es en dicho sistema, a raíz de la fragmentación partidaria.
Es jueves y la exministra de Transportes y Telecomunicaciones está instalada en el edificio donde operará por estos meses el Consejo Constitucional, en pleno centro de la capital; dice estar estudiando y estar coordinándose codo a codo con Pilar Cuevas (RN), quien forma parte de la bancada que conformaron ambos partidos. Se conocen desde hace varios años, cuando Cuevas era intendenta de Aysén y Hutt secretaria de Estado.
No son pocos los que sacan cálculos en los partidos políticos y dan cuenta del rol “bisagra” que puede llegar a tener Hutt en el Consejo Constitucional. En esta entrevista con T13.cl, la líder de Evópoli deja claro que votará por convicción, que no le acompleja en algunos casos plegarse a la izquierda, pero que lo relevante, señala, es que la derecha logre sobrepasar los quorum para ir dándole cuerpo a este texto constitucional.
Gloria Hutt está convencida de que esta es una oportunidad para que la derecha liberal -alicaída hoy por la irrupción del Partido Republicano- muestre con fuerza su proyecto político.
—Un mes antes de la elección usted dijo que “probablemente los republicanos trabajen para que no haya cambios”. ¿Tiene otra perspectiva ahora?
—Mis opiniones de ese momento tenían que ver con la actitud de republicanos antes de que se presentaran al proceso, ellos fueron muy críticos del proceso, ellos no terminaron en la mesa del acuerdo, criticaron mucho el acuerdo, pero en el momento en que deciden participar, acogen las reglas del juego, yo parto de la buena fe, en el sentido de que están aquí para cumplir el objetivo de tener una nueva y buena Constitución, que es el encargo ciudadano. Hasta ahora, el trabajo ha fluido bien, estamos bien integrados, la relación entre todos es muy buena y yo espero que eso se mantenga.
—Los republicanos se juegan demostrar su capacidad de “gobernabilidad”. ¿Cree que será crucial el comportamiento de ese partido en esta instancia?
—Hay dos cosas importantes para ellos. La primera es administrar con sabiduría la mayoría, ellos tienen una mayoría, estamos también los partidos de Chile Vamos y podríamos imponer opciones, pero, a mi juicio, lo que tenemos que hacer es lograr acuerdos transversales, ir más allá del mínimo de quorum de aprobación, que lo tendríamos, pero creo que tenemos que hacer el esfuerzo. Lo segundo, su líder, José Antonio Kast, tiene aspiraciones presidenciales y aquí justamente se demuestra el liderazgo del sector. Eso va a ir avanzando en paralelo.
Presidenta del Consejo Constitucional: “Hay muchos temas que tienen que quedar abiertos”
—Los republicanos saben que no podrán gobernar solos... ¿se ve trabajando codo a codo con ese partido en este consejo? ¿Lo planifica así?
—Totalmente. El encargo que tenemos de la ciudadanía va más allá de los límites de los partidos, porque nos encargó hacer una buena y nueva Constitución y esa Constitución debe ser válida para gobierno de izquierda, derecha, centro, de derecha más conservadora, de izquierda más radical, también es un desafío importante defendiendo las visiones que cada uno tiene y no la transformemos en un programa de gobierno o una declaración de principios de un partido. Eso sería un error muy grande. La disposición nuestra es a llegar a consensos que muestren el país que queremos, eso es lo que las personas buscan y es lo que le da legitimidad a la Constitución finalmente, que es que la mayoría la apruebe porque refleje lo que esa mayoría quiere para el país. Entonces va más allá de la relación entre partidos, sería bueno mantener una cierta distancia, claro, en mi caso es más difícil porque soy la presidenta del partido, pero la de la discusión de coyuntura, de corto plazo, entre los partidos que se da más en el Parlamento del trabajo aquí dentro del Consejo Constitucional. En eso la comisión de expertos lo hizo muy bien porque a pesar de que ellos fueron elegidos por los partidos no hubo ningún incidente que uno pudiera mirar como un conflicto entre partidos en la propuesta que hicieron. Ese es el tipo de tono que tenemos que mantener.
—Los republicanos calibran que si no toman esta oportunidad, en el Congreso la centroderecha y la izquierda se pueden poner de acuerdo para hacer una Constitución si en diciembre se rechaza. Y ahí se necesitan 4/7, o sea, ellos quedarían fuera... Esta entonces sería una oportunidad única para influir.
—Hay muchos escenarios y cada uno hace sus escenarios y especula. Mi impresión es que no aprobar sería muy dañino porque abriría polarización para las elecciones de 2024 más allá de lo que haga el Congreso. Si no aprobamos, vamos a mantener las mismas prácticas del sistema político y la baja credibilidad por parte de las personas, por eso, no aprobar genera más desconfianza aún en el sistema.
—La base de los republicanos hasta ahora rechazaría el anteproyecto porque hasta el propio presidente de partido Arturo Squella dijo que prefiere la Constitución actual, ¿cómo ve usted a sus bases?
—En nuestras bases el compromiso ha sido desde el origen. Nosotros venimos proponiendo un cambio constitucional desde Michelle Bachelet, los cabildos autoconvocados, fuimos el único partido de derecha que participó, después en las campañas de Felipe Kast, Ignacio Briones, estaba siempre el tema del cambio constitucional y la Constitución mínima, así que dentro de Evópoli no hay duda alguna de que nosotros apuntamos a una mejor Constitución.
—¿No hay predisposición a rechazar ahora el anteproyecto?
—No, nada, nada. Yo voté Apruebo en entrada pero muy convencida a la salida por el Rechazo, porque quedó muy mal resuelto y aquí puede pasar lo mismo, pero el ánimo con el que estamos es con que se Apruebe. La situación curioso es que hay partes de la derecha conservadora y de la izquierda radical que por distintas razones están promoviendo que se rechace y eso es dañino. Pareciera que para la izquierda tener abierto este tema es posicionamiento público... en la derecha tiene que ver más con no cambiar la Constitución, pero aquí los 50 nos hemos comprometido a hacer una nueva Constitución, el escenario de no lograrlo o no de cambiarlo es poco realista.
Batallas constitucionales: “Nuestro eje será la modernización del Estado”
—Ya hablamos del desafío general y el de republicanos, pero ¿cuál cree que es el desafío de Chile Vamos en este consejo?
—Hay desafíos de plantear los ejes de nuestro proyecto político, como por ejemplo, la defensa de las libertades. En el caso de Evópoli, un partido de centroderecha liberal, nos parece muy importante el planteamiento de la libertad de elegir, la libertad de culto, las libertades para que las personas puedan desplegar sus proyectos de vida libremente sin que el Estado reemplace sus decisiones. Creo que es común para todos los partidos de Chile Vamos. También compartimos la idea de mejorar el sistema político, es la oportunidad de tener un sistema político que genere buenos gobiernos, que asegure la gobernabilidad y la estabilidad democrática de largo plazo, eso es compartido y transversal. En el caso de Evópoli, nuestro eje será la modernización del Estado, la profesionalización de la política, en el fin del pituto, que el Estado no sea un botín de campaña, porque eso es lo que distorsiona todo, termina transformando toda la gobernabilidad en transacciones que apuntan a conveniencias particulares.
—¿Ve que en estos temas se podrían plasmar las diferencias entre el Partido Republicano y Chile Vamos?
—Esas diferencias se verán más entre la derecha y la izquierda, porque aquí es donde se refleja el rol del Estado y nosotros promovemos un Estado que esté al servicio de las personas, un Estado liviano, flexible, donde haya convivencia en igualdad de condiciones, en prestaciones entre entidades públicas y privadas, en cambio, la izquierda promueve mucho más un rol del Estado, a nuestro juicio, reemplazando decisiones de las personas y creemos que ese puede ser un nudo de trabajo que tengamos.
—Pero igualmente en las bases está enunciado el rol del Estado Social y Democrático de Derecho con este matiz mixto...
—Sí, eso encamina la conversación, pero los alcances pueden empezar a ser diferentes. Cuando uno hace la bajada de cada uno de las doce bases encuentra que hay diferentes interpretaciones. La Constitución tiene un límite y no hay que ir a los detalles, pero sí hay detalles que uno tiene que discutir para la estructura se proteja.
—¿Qué batallas hay que dar como sector?
—La modernización del Estado para nosotros será clave, es “la” oportunidad para actualizar al Estado, para hacer un cambio que motive a la atracción de talentos, que el Estado se ágil, dinámico, que incorpore tecnología, que no tenga en algunos casos empleos privilegiados respecto a otros trabajadores.
—¿Avizora diferencias en Chile Vamos respecto al sistema político?
—Veo ánimo de mejorar el sistema, de corregir distorsiones que han producido dificultades de gobernanza, por ejemplo, la representatividad de los partidos, las formas de equilibrar el poder, las formas de rendir cuentas, que haya un seguimiento de las políticas públicas y que haya grupos externos que puedan validar la marcha de esas políticas públicas. Tenemos que llevar algunas prácticas de organizaciones exitosas a la política y con eso mejorar la calidad.
—Usted ha dicho que temas valóricos son solo “principios a proteger” y que luego en la legislación podrá haber bajadas específicas… ¿ve ese ánimo?
—Yo he conversado con consejeros de izquierda y mi impresión es que están de acuerdo en que hay temas valóricos que nos podrían complicar muchísimo si es que entran a la Constitución, como por ejemplo, el aborto libre. El ánimo que veo es que en la discusión actual no hay espacio para el aborto libre, más bien veo ánimo de defender los valores genéricos. Hay algunos bordes además que están cerca de la fe de cada uno, por lo que son de una complejidad inmensa.
—Si la derecha es mayoría, bueno, hay conservadores que plantean por qué no avanzar con esa mayoría y establecer en la Constitución 'derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural'... es decir ir un paso más allá de la actual Constitución que establece derecho a la vida y derecho a la vida del que está por nacer. ¿Es una discusión que se dará?
—Es una discusión que se puede tener, de todas maneras. O precisar cuando uno dice respeto a la vida y la vida desde su origen hasta su término... esa discusión pienso que va a ocurrir.
—Puede haber un sector conservador que diga, no voy a aprobar porque la derecha no se la jugó por avanzar en una prohibición más explícita del aborto... y puede haber un sector liberal que diga 'rechazo, porque avanzaron a la prohibición del aborto e incluso se puede poner en riesgo las tres causales'... ¿No ve complejo ese equilibrio?
—Esta discusión es muy compleja... tiene impactos en la salud pública que son necesarios de resolver a través de leyes. Hay casos de tremenda complejidad también y que ya están resueltos en el aborto en tres causales, entonces, es una discusión que está avanzada en el sentido de que hay un mecanismo para tratar los casos que necesitan una aproximación distinta de aborto libre. Creo que sería más prudente no tener esa discusión en este Consejo Constitucional.
—Pero entonces usted es partidaria de establecer el derecho a la vida tal como está en la actual Constitución...
—Por supuesto que mi postura es de la defensa del derecho a la vida. La discusión es dónde comienza la vida....
—¿Pero la dejaría tal cual?
—Cuando uno protege la vida, lo hace en todo su alcance. Es evidente que el que está por nacer es un ser vivo y protegerlo es un deber del Estado. Puede ser que haya interpretaciones... Ahora, tengo que aclarar que yo no soy partidaria del aborto libre. En la derecha nunca hemos tenido una conversación profunda sobre esta materia.
—¿Lo lamenta?
—Sí. Es un tema de interés y que uno debe tener posturas claras. Una postura podría ser el respeto a las creencias de cada uno, esa es una libertad básica. Este tema es complejo, no es como el del derecho a la propiedad.
“Chile Vamos tiene que vencer la tentación (de irse con Republicanos)”
—En Chile Vamos decidieron organizarse en este Consejo Constitucional en dos bancadas. Usted podría haber cambiado la balanza… y propiciar la unidad, ¿qué la hizo optar por RN?
—Mi primera opción era ir en una bancada, después hubo razones prácticas y luego la izquierda separó bancadas, en ese caso, era mejor tener representación de distintos partidos. No hay segunda lectura.
—¿No fue aquello un síntoma de lo que está ocurriendo políticamente en Chile Vamos?
—No... estamos trabajando bien.
—¿Cómo está viendo la coalición? El futuro político ahora se ve incierto…
—Chile Vamos debe reforzarse, lo necesita, debe redefinir su rol, su posicionamiento. Defender un posicionamiento de derecha moderada es necesario. Hay una expectativa de la población por tener un referente que interprete y que esté en ese sector político que está debilitado ahora. Pero estos son ciclos políticos. Podemos ver el caso de España por ejemplo. A mí me marcó mucho una frase que dijo el presidente del Partido Popular de España, el año pasado, cuando vino para acá, y dijo que el Partido Popular no iba a ceder a la tentación de diluirse hacia la derecha conservadora de Vox. Porque al hacer eso se pierde identidad y las personas votan por el original igual.
—¿Ve mucha tentación en la UDI y RN de irse con republicanos?
—Sí, Chile Vamos tiene que vencer esa tentación. La prueba está en el éxito que tuvo el Partido Popular ahora, que tuvo este gran éxito sin ceder a esta tentación. Uno debe ser consistente con su identidad.
—La UDI por ahora no se ve muy interesada en fortalecer Chile Vamos, RN está en elecciones internas... ¿le preocupa que esos partidos en un futuro próximo le planteen hacer una coalición con republicanos?
—No, es prematuro. Los partidos estamos ordenándonos todavía luego de las elecciones. RN debe definir quién va a estar a cargo, eso puede hacer una diferencia, porque hay grupos muy distintos perfilándose. Yo he aprendido que las elecciones empujan los procesos de definición y ese es el escenario en el que nosotros vamos a tener que posicionarnos. Deberíamos de aquí a fin de año posiblemente tener más claro qué vamos a hacer.
—Entonces ustedes no estarán disponibles para una coalición con republicanos...
—No, tenemos proyectos políticos distintos, no es nada personal. Para hacer coalición uno tiene que tener afinidad de propuestas y con republicanos no es coincidente. Mantener nuestra identidad liberal es importante y es lo que nuestros militantes esperan.
Así quedaron conformadas las cuatro comisiones del Consejo Constitucional
—Al inicio de Evópoli se les cuestionó que esta derecha nueva pactara en una coalición con la UDI...—Son procesos dinámicos...
—....uno se pregunta, por qué no republicanos si ya lo hicieron con la UDI, que representaba esta derecha dura antes de los republicanos...
—Avanza el tiempo y uno va consolidando su identidad, nuestra postura es centroderecha liberal y ahí nos queremos mantener independiente de que hagamos alianzas con partidos que puedan tener visiones más coincidentes. Ahí están los límites. En este sentido se abre la posibilidad de alianzas hacia el centro, partidos que están recién formándose como Amarillos y Democrátas y eso abre un escenario distinto. El escenario está dinámico.
—Evópoli también está en lo suyo, sus socios se preguntan qué harán, si se fusionarán o no con otros partidos a raíz del umbral del 5% de sobrevivencia que establece el anteproyecto...
—Nosotros estamos muy de acuerdo con el umbral del 5%. Hay un transitorio que deja primero en 4 y nosotros estamos en 4,81%, estamos muy cerca del 5% y yo creo que hay que tomar el desafío de llegar al 5% y no fusionarnos. Los partidos tenemos que buscar la forma de responder a esa demanda y mostrar que podemos representar a una cantidad importante de electores.
El perfil político de Hutt en el Consejo Constitucional: “Estoy aquí por el compromiso con la visión liberal”
—¿Usted va a ejercer una suerte de rol de bisagra? Se lo pregunto porque es la única representante de Evópoli, única representante de una derecha más liberal que está alicaída tras la irrupción de los republicanos...
—Sí, es una oportunidad para plantear las visiones nuestras, por supuesto siempre abiertos a las conversaciones. Es una oportunidad para plantear los énfasis, los ejes, el tipo de sociedad que nos gustaría promover y la forma en que eso se refleja en la Constitución.
—¿Pero usted se podría convertir usted en un voto decisivo en la etapa final? Las observaciones de los expertos se pueden rechazar con 2/3 y la derecha tiene justo 33… uno menos y la dirección cambia.
—El óptimo para cumplir el encargo ciudadano no es lo que defina mi voto sino la capacidad de que otros más se sumen, que no solo sean los 2/3 de la derecha. Si nosotros logramos eso y que las aprobaciones se logren por más que el mínimo, vamos a estar pavimentando el camino para que, a fin de año, la aprobación sea mayoritaria. Si nos atrincheramos en la derecha, cometeríamos un error. Eso no significa que yo vaya a rechazar artículos solo por eso. Yo voy a rechazar o aprobar por convicción, pero me parece que tenemos que hacer el esfuerzo de atraer más votos y acuerdos. No vamos a tener acuerdos unánimes seguramente, pero sería un logro si podemos incorporar a más personas que el mínimo.
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—O sea las observaciones debiesen ser equilibradas, que no sea tan de derecha, lo “subóptimo” como se dice ahora...
—Justamente, aquí manda el óptimo colectivo por sobre el óptimo de partido. Tenemos que pensar en un marco regulatorio de la vida política y social de Chile que mejore las condiciones para la población. Eso es lo que los votantes esperan al habernos elegido...
—Usted entonces se podrían convertir en ese nexo con la izquierda...
—Sí, sí... yo tengo buena relación y lo he hecho en mi trayectoria, especialmente como ministra que había que tomar acuerdos, como por ejemplo, para tramitar leyes. Yo tuve muy buenas relaciones en las comisiones, vengo de un sector donde los acuerdos eran muy necesarios, gremios difíciles del transporte, aeropuerto, camiones, en fin... es algo para lo que yo siento que tengo alguna habilidad.
—Si eventualmente no se logran sobrepasar los 33 votos en algunas medidas y usted se encuentra en una idea similar a la izquierda, ¿no le acomplejaría salirse de los 33 de la derecha y votar con la izquierda?
—Yo estoy aquí por el compromiso con la visión liberal y con el encargo ciudadano, voy a votar en consecuencia. Eso es lo que las personas esperan, la política ha perdido credibilidad justamente porque ha habido actuaciones erráticas y creo que es el momento no solo de sacar una nueva Constitución sino de recuperar credibilidad en la política. Por eso tenemos que ser tan cuidadosos en la forma en que nos desempeñemos en este trabajo.
—¿No tendría problema entonces que digan que se desmarque de la derecha?
—Totalmente.
—¿No la acompleja?
—No tengo ningún problema con eso.