Además de siete muertos y 48 heridos, el "ataque terrorista" del sábado en Londres también dejó relatos de heroísmo y solidaridad.
Como fue el caso de un policía que estaba de descanso y fue uno de los primeros en la escena del atentado.
El agente resultó apuñalado al tratar de detener a uno de los tres atacantes haciéndole un placaje como los que se hacen en rugby, deporte que practica.
El oficial está en condición crítica después de sufrir lesiones de cuchillo.
La comisionada de la Policía Metropolitana, Cressida Dick, elogió las "acciones extraordinariamente valientes de los oficiales que llegaron primero a la escena", y que "corrieron hacia el peligro".
Un oficial de la Policía Británica de Transporte (PBT), que lleva solo dos años en la institución, se enfrentó a los atacantes armado sólo con su bastón y resultó gravemente herido. Pero ahora se encuentra estable.
El jefe de la BTP, Paul Crowther dijo que el valor que mostró fue "sobresaliente".
Héroes civiles
Giovanni Sagristani, de 38 años, y sus amigos estaban en el restaurante El Pastor en Stoney Street, en el área de Borough Market, cuando uno de los atacantes entró y apuñaló a una mujer en el pecho.
"Llegó gritando y simplemente la apuñaló", dijo.
Carlos Pinto, de 33 años, que trabaja como enfermero de cuidados intensivos en la capital británica, asistió a la mujer, con la ayuda de un amigo, también enfermero.
"Ellos cogieron un poco de hielo y paños y trataron de detener el sangrado. La mujer perdió medio litro de sangre. (Carlos) estaba manteniendo la presión sobre la herida", dijo Sagristani.
Contó que los comensales habían logrado sacar al atacante del restaurante arrojándole sillas y botellas.
Una vez que lo expulsaron, el personal bajó una puerta de seguridad y la gente se quedó dentro.
"Después del primer momento de pánico, todo el mundo trató de ayudar a la mujer y mantener la calma. Todos estábamos en la parte de atrás del restaurante, había disparos fuera y no sabíamos qué estaba pasando", añadió.
Sagristani dijo que pasaron más de dos horas antes de que los paramédicos llegaran.
"Ellos la mantuvieron consciente. Fue muy afortunada de que estuvieran allí", añadió.
El testigo Gerard Vowls le dijo a la BBC cómo había intentado detener al atacante que estaba apuñalando a una mujer. Lanzó botellas, vasos de cerveza y sillas a los hombres.
"Traté de ayudar, pero estaba indefenso", dijo.
Ayuda de taxistas
Un taxista llamado Chris estaba también en el Puente de Londres en el momento del ataque.
"Vi a una joven siendo apuñalada en el pecho", le dijo a la radio LBC.
"Le dije a mi pasajero que iba a tratar de golpearlo. Me di la vuelta y lo intenté, pero él me esquivó", añadió.
Otro grupo de taxistas ofreció carreras gratis a cualquier persona atrapada en el área del puente.
La estudiante de enfermería Rhiannon Owen estaba en un cajero cuando un taxista le gritó que huyera.
"Vi el cuchillo y empecé a correr tan rápido como pude", dijo.
La joven de 19 años vio a un atacante detrás de ella y corrió hacia el pub Applebee, cercano al puente, donde se unió a 30 u 40 personas y se escondió en un almacén.
Owen dijo que le debe la vida al taxista y le pidió que se pusiera en contacto con ella: "Me salvaste la vida y te aseguraste de que otras personas estuvieran a salvo".
El jefe de la unidad antiterrorista de la policía británica, Mark Rowley, informó que ocho policías armados enfrentaron a los sospechosos y dispararon hasta 50 tiros.
Los tres supuestos atacantes murieron y 12 personas han sido arrestadas en conexión con el atentado.
Generosidad
Después de los ataques, también hubo historias de generosidad en otros lugares, de gente que apoyó a los servicios de emergencia.
Trabajadores de supermercados fueron fotografiados ofreciendo suministros a los oficiales de policía el domingo por la mañana.
Un paramédico que estaba en la escena dijo que el gerente de un McDonald's cerró el restaurante al público y entregó todo el resto de alimentos y cajas de agua a los servicios de emergencia.
Paul Ashworth, del condado de Surrey, al sur de Londres, estaba recorriendo el área del puente en bicicleta, dando agua a la policía.
"Acabo de llegar a darle agua fría a la policía. No es nada comparado con lo que hacen. Es sólo intentar retribuir con algo. Ellos nos protegen y nos salvan la vida", dijo.
"Sólo tenemos que mantenernos unidos. Todo el mundo tiene que hacerlo", añadió el fontanero, que recorrió 33 kilómetros desde Surrey hasta la capital.