Quema de neumáticos, gas lacrimógeno, toma de las calles, palos y piedras. Las protestas crecen en Honduras y se tornan más violentas a medida que pasan los días y siguen sin conocerse los resultados de las elecciones presidenciales celebradas el domingo.
La oposición denuncia que se está fraguando un fraude electoral y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que había prometido terminar el conteo de votos el jueves, volvió a retrasar la entrega de datos finales.
Según las autoridades electorales aún falta el "escrutinio especial" de 1.031 actas, que no fueron rellenadas correctamente por los partidos políticos.
El presidente del TSE, David Matamoros, anunció que esas actas serán revisadas "una a una" a partir del viernes con la presencia de representantes de los partidos políticos y observadores internacionales, sin precisar cuándo se podrán conocer los resultados.
Las actas en cuestión representan el 5,69% del total, lo que significa que la ventaja de 46.586 votos (1,5%) que el presidente Juan Orlando Hernández tiene sobre su principal rival, Salvador Nasralla, todavía podría ser colmada.
Según el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura -coordinada por el expresidente Manuel Zelaya- muchas actas que lo favorecerían no estaban siendo incluidas en los resultados del TSE.
Nasralla también ha denunciado la inclusión irregular de actas dudosas en favor del actual mandatario, quien participó en los comicios en representación del gobernante Partido Nacional.
"Bajo estas condiciones no aceptaremos resultados emitidos por un sistema electoral espurio que pone en riesgo la legalidad (del proceso comicial)", advirtió su agrupación en una carta dirigida a embajadores, el consejo permanente de la OEA y la misión de la Unión Europea.
El presidente del TSE, por su parte, ha negado cualquier manipulación y el jueves reiteró su llamado a esperar por el resultado final.
Previamente, observadores de la Unión Europea y de la Organización de Estados Americanos (OEA) le habían pedido a la autoridad electoral no anunciar ganador hasta hacer el recuento de todos los votos.
El mismo domingo de las elecciones tanto Hernández -quien busca una polémica reelección- como Nasralla -el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura- se declararon ganadores.
"Fallos en el sistema"
La tardanza en publicar los datos del recuento total por parte del TSE ha generadodudas sobre la veracidad de los resultados.
Los primeros resultados oficiales -publicados el lunes- mostraban que, con casi el 60% de los votos contados, el opositor Nasralla aventajaba en casi cinco puntos a Hernández.
La página del TSE, sin embargo, dejó de actualizarse por casi 36 horas. Y cuando el sistema volvió a funcionar, esa ventaja comenzó a esfumarse.
El miércoles por la tarde los datos oficiales ya ubicaban Hernández en la delantera por un mínimo margen (de menos de medio punto) con el 82,89 % de actas procesadas.
Pero entonces el conteo volvió a detenerse por un fallo en el sistema, calificado de "extraño" por uno de los cuatro magistrados que conforman el TSE, Marcos Lobo.
"Genera dudas", le dijo Lobo de la falla a la agencia Reuters, para luego pedir una auditoría "externa e independiente" de los resultados.
"El resultado tendrá que verificarse. El tribunal había garantizado que el sistema no iba a fallar", dijo el magistrado.
Es en esas circunstancias que el opositor Nasralla llamó a sus seguidores a defender "de forma pacífica" su triunfo en las calles.
El gobernante Partido Nacional también ha estado movilizando a sus simpatizantes para "celebrar" la supuesta victoria de JOH.
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Escalada de la violencia
El jueves se produjeron enfrentamientos entre los seguidores de la Alianza de Oposición y las fuerzas de seguridad.
La OEA manifestó su preocupación por las protestas en las inmediaciones del Instituto de Formación Profesional en Tegucigalpa, donde están depositadas las urnas de los comicios, así como por los incidentes en otras zonas del país.
Según informa la agencia Efe, se produjeron varios heridos cuando las fuerzas de seguridad trataron de dispersar a los manifestantes con gas lacrimógeno.
Para este viernes se esperan más protestas.
Elecciones controvertidas
La polémica ha rodeado estas elecciones desde el principio: no sólo por la falta de un árbitro que genere confianza (pues los críticos sostienen que el TSE responde al gobierno), sino también por el hecho de que el actual presidente se presentara a la reelección, una posibilidad que prohíbe la Constitución de Honduras.
Hernández pudo presentarse gracias a un fallo del Tribunal Supremo de 2015 que inhabilitó los artículos de la Carta Magna que prohibían la reelección.
Muchos habían expresado dudas sobre la imparcialidad del Tribunal Supremo Electoral desde antes de los comicios.
Pero según el gobierno hondureño estas fueron las elecciones "más vigiladas de la historia", debido a la participación de 16.000 observadores, de ellos 600 internacionales.
Y tanto la misión de observación electoral de la Unión Europea como la de la Organización de Estados Americanos (OEA) han asegurado que acompañarán el proceso hasta el final.