El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, fue sentenciado este miércoles a seis años de cárcel como autor de un delito de asociación ilícita en la trama de corrupción por los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht.
La resolución de los jueces del Tribunal de la Corte Nacional de Justicia (TCNJ) en Quito se sustentó en la acusación de la Fiscalía respecto a que Glas recibió unos U$13,5 millones en sobornos por parte de Odebrecht para adjudicar contratos de obra cuando era ministro de Sectores Estratégicos entre 2010 y 2012 en el gobierno del expresidente Rafael Correa.
La misma sentencia de seis años de cárcel se dispuso para el tío de Glas, Ricardo Rivera, y otros tres imputados.
A finales de 2016, el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló que Odebrecht pagó US$788 millones en sobornos a cambio de contratos en doce países de América Latina y África.
El informe señala que, en el caso de Ecuador, la constructora brasileña pagó sobornos por valor de US$35,5 millonesa "funcionarios del gobierno" entre 2007 y 2016.
El abogado de Glas, que permanece en prisión preventiva desde el mes de octubre, anunció que apelará cuanto antes esta condena emitida en primera instancia.
El letrado Eduardo Franco Loor calificó la sentencia ante los periodistas de "inicua" y "bárbara"y aseguró que su cliente -a quien el presidente Lenín Moreno le retiró sus funciones en agosto acusándolo de deslealtad- no dimitirá.
Tras esta sentencia, Glas es la más alta personalidad política de América Latina en activo condenada a pena de prisión en relación con la trama Odebrecht.
Partidarios y detractores
Durante el juicio, centenares de personas se concentraron ante la sede del TCNJ para mostrar tanto su apoyo como su rechazo a Glas en medio de un amplio dispositivo policial.
Tras la sentencia, se registraron enfrentamientos entre cientos de partidarios de Glas y la policía antidisturbios, que intervino para permitir la salida del tribunal de los periodistas, a quienes los manifestantes acusaban de que el vicepresidente hubiera sido declarado culpable.
El procesamiento de Glas aumentó la crisis política existente en el seno del movimiento oficialista, dividido entre los partidarios de Correa y los de su sucesor, Moreno.
La derogación de todas las funciones asignadas a Glas como vicepresidente por parte del presidente Moreno fue uno de los episodios más significativos de una lucha de poder en seno del partido de gobierno que también involucra al expresidente Correa.
Desde el cambio presidencial el pasado 24 de mayo, los ecuatorianos vieron cómo los principales líderes de Alianza País pasaban de celebrar un nuevo mandato -después de 10 años en el gobierno- a distanciarse públicamente con duras declaraciones que evidencian el deterioro de las relaciones internas en el partido de gobierno.
Durante la campaña electoral, varios analistas señalaron que Correa deseaba como su sucesor a Jorge Glas, por entonces su vicepresidente, pero que terminó inclinado finalmente por Moreno por contar con un mayor índice de popularidad.
En este juego de nombres, Moreno "heredó" como compañero de fórmula a Glas, a quien derogó de sus funciones por considerar que se alejaba de las banderas históricas de su movimiento.