La escena ya es conocida: Corea del Norte realiza sus pruebas de misiles sin previo aviso, algunos cruzan Japón y, finalmente, caen al mar.
Cuando esto ocurre, el gobierno de Tokio suena las alarmas y ordena a su población buscar refugio, mientras comandos de los ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos se movilizan.
Pero ¿qué pasa con los aviones comerciales que vuelan en ese momento por el espacio aéreo que cruza el misil?, y ¿qué sucede con los barcos que navegan en la zona donde caen finalmente? ¿Podrían ser impactados por "azar"?
Varios expertos consultados por la BBC aseguran que la probabilidad de un incidente de este tipo es muy baja, pero coinciden en que el riesgo existe.
Un riesgo potencial
Corea del Norte no anuncia sus pruebas de lanzamientos de misiles, lo que significa que estas se realizan sin una ruta de vuelo conocida por la comunidad internacional.
Por lo general, cuando el resto de países del mundo ejecuta una prueba similar, notifican por adelantado las fechas y las posibles trayectorias de los proyectiles para que las compañías aéreas y los buques eviten ciertas áreas y tomen precauciones.
"Estas pruebas de misiles suponen un riesgo para los aviones comerciales", asegura Ankit Panda, editor de The Diplomat.
"Sin embargo, es difícil determinar el riesgo real de un incidente de este tipo, es una posibilidad muy baja. En última instancia, estamos hablando de dos objetos relativamente pequeños en un espacio enorme", explica.
Sin embargo, aunque reitera que es poco probable, si ocurriera, podría ser una excusa para el inicio de una guerra.
"Si un avión de pasajeros fuera golpeado, la presión para una respuesta militar de Estados Unidos sería muy grande", asegura Vipin Narang, profesor asociado y experto en seguridad del sur de Asia del Instituto Técnico de Massachusetts.
Un error de cálculo
Corea del Norte, al igual que el resto de los países, tiene acceso a los datos de la aviación civil internacional.
Esto permite que sus científicos y militares estudien el espacio aéreo por el que lanzarán los misiles y determinen qué área es la menos transitada.
"Pyongyang ciertamente quiere minimizar el riesgo de cualquier incidente. Contrariamente a lo que la gente podría pensar, no quieren que un hecho así ocurra, por lo que buscarán una trayectoria que minimice el riesgo ", explica Panda.
Pero hay dos factores que hacen que el peligro potencial aumente:
- el misil puede desviarse del rumbo y entrar a un espacio aéreo más transitado
- el misil se puede romper en el vuelo y sus desechos pueden impactar contra las aeronaves
"Hasta ahora, Pyongyang ha calibrado sus pruebas para sobrevolar la parte más delgada de Japón a lo largo de una ruta en la que prevén un tráfico aéreo mínimo", comenta Narang.
Sin embargo, esta calibración se basa en el supuesto de que la prueba tendrá éxito y el misil seguirá la ruta indicada.
Los expertos consideran que el último misil lanzado este viernes fue un Hwasong 12, que antes de las últimas pruebas había tenido una tasa de éxito particularmente baja.
"Así que es totalmente plausible que el misil se vaya de trayectoria y entre en un espacio aéreo mucho más congestionado", advierte Narang.
Por otra parte, Panda explica que si, en cambio, el misil se desintegra y se rompe en el vuelo crearía un campo de desechos que podría ser un riesgo para las aeronaves a gran altitud.
En este caso, la alta tasa de fracasos en las pruebas de misiles norcoreanos también podría aumentar las probabilidades de este escenario.
Las aerolíneas toman precauciones
Ante estas posibilidades hipotéticas, las aerolíneas ya están tomando precauciones.
"Algunas aerolíneas han indicado que están cambiando sus rutas de vuelo para evitar volar sobre Corea del Norte y la zona entre Corea del Norte y Hokkaido", explica Ellis Taylor, analistas de aviación de FlightGlobal.
De acuerdo con el especialista, desde principios de agosto, Air France amplió su zona de exclusión aérea en torno a Corea del Norte.
"La decisión se produjo después de que uno de sus aviones estuvo a menos de 100 kilómetros del lugar donde Corea del Norte realizó una de sus pruebas. Actualmente, los vuelos de Air France a Tokio y a Osaka tarda entre 10 y 30 minutos más porque tratan de evitar esa zona."
Pero hay otro riesgo mayor que las aerolíneas temen, más allá del impacto de un misil o la presencia de sus restos en el espacio aéreo: el hecho de que sus aviones sean identificados erróneamente como militares o que crucen el espacio aéreo en una zona de conflicto.
Acontecimientos como el derribo de un comercial sobre Ucrania el año pasado podrían servir de advertencia para que si las tensiones en la península coreana continúan en ascenso, las aerolíneas elijan otras rutas que eviten esa región.