Rusia es hoy un país con muchos desafíos, pero en los últimos días Vladimir Putin ha puesto el foco en el pasado.
Durante el balance de los resultados en 2019 de las autoridades rusas, un tema se destacó en los pronunciamientos del presidente ruso: Polonia y su papel en la Segunda Guerra Mundial.
El mandatario mencionó el asunto no menos de cinco veces en reuniones clave, algunas de las cuales tenían poco que ver con la historia o con política exterior.
Y más que la cantidad de comentarios, llamó la atención la dureza de las declaraciones que el líder ruso hizo contra Polonia, a quien acusó de aliarse con Adolf Hitler en sus planes antisemitas en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.
¿Qué dijo Putin?
Putin dijo que, según mostraban "los documentos de los archivos", los polacos "prácticamente hicieron una alianza con Hitler".
El mandatario ruso focalizó sus críticas en el embajador de Polonia antes de la guerra en Alemania, Jozef Lipski.
En un arrebato inusual en una junta del ministerio de Defensa el 24 de diciembre, Putin describió al embajador polaco en la Alemania nazi como "escoria y cerdo antisemita", acusándolo de tener "total solidaridad" con Hitler.
Horas más tarde, volvió a sacar el tema en una reunión con parlamentarios. El presidente de la Duma, la Cámara baja rusa, Vyacheslav Volodin, agradeció a Putin y le exigió una disculpa a Polonia por lo que describió como su "colusión" con la Alemania nazi.
Según la edición rusa de la revista Forbes, también "sorprendió a todos lo profundamente inmerso que estaba (Putin) en materiales históricos relacionados con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y las posiciones de Polonia".
Putin, además, está planeando escribir un artículo sobre el tema.
Pero, ¿a qué se debe el repentino interés de Rusia en el papel de Polonia en la Segunda Guerra Mundial?
El pacto Ribbentrop-Molotov
Las críticas del mandatario ruso hacia Polonia llegan después de que, en septiembre, el Parlamento Europeo emitiera una resolución en la que culpa tanto a la Unión Soviética como a la Alemania nazi por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Para el presidente ruso, equiparar a los regímenes nazi y soviético "es el colmo del cinismo", y como respuesta, recurrió a una práctica que sus críticos llaman despectivamente "whataboutism" (por la expresión "And what about??", que se traduce como ¿y qué hay de X o Y?", es decir, preguntar "y qué hay de este o tal otro país", para quitar el foco de atención sobre Rusia y desviar la mirada hacia alguien más: por ejemplo, Polonia).
La Unión Soviética ha sido frecuentemente acusada de repartirse Polonia con la Alemania nazi como resultado del acuerdo de no agresión que firmó con Hitler en 1939, conocido como el pacto Ribbentrop-Molotov.
La UE dice en su resolución que este acuerdo "dividió a Europa [...] entre los dos regímenes totalitarios y la agruparon en esferas de interés" y que "allanó el camino para el estallido de la Segunda Guerra Mundial".
"Como consecuencia directa del Pacto Ribbentrop-Molotov, Polonia fue invadida por Hitler y dos semanas después por Stalin, lo que despojó al país de su independencia y fue una tragedia sin precedentes para el pueblo polaco; la URSS comenzó una agresiva guerra contra Finlandia, y ocupó y anexó partes de Rumania, territorios que nunca fueron devueltos, y anexó las repúblicas independientes de Lituania, Letonia y Estonia", añade la resolución.
Sin embargo, Putin argumentó que a Moscú no le quedó más remedio que firmar ese pacto.
"La URSS aceptó firmar el documento solo después de que se agotaran todas las opciones y fueran rechazadas toda las propuestas soviéticas para crear un sistema de seguridad común, una, de hecho, coalición antifascista en Europa", dijo Putin al reunirse con los líderes de la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI) en San Petersburgo el pasado 20 de diciembre, según reportes de agencias de noticias.
Durante dicha intervención, en la que también recurrió a documentos de los archivos estatales, Putin subrayó que Moscú, "al quedarse solo, se vio obligado a aceptar la realidad que los países occidentales habían creado con sus propias manos".
El líder ruso sí admitió que el pacto firmado el 23 de agosto de 1939 en Moscú incluía protocolos secretos.
"Sí, allí hay una parte secreta sobre la división de ciertos territorios, pero nosotros no sabemos qué hay en los otros acuerdos de los países europeos con Hitler, ya que mientras nosotros desclasificamos esos documentos, en las capitales occidentales se guardan bajo la categoría de 'secreto'", señaló.
¿Por qué importa ahora?
La victoria de la URSS en la Segunda Guerra Mundial es uno de los pilares más venerados de la ideología estatal rusa, y más de 70 años después, todavía se celebra con entusiasmo cada año.
También es una forma clave de que el presidente Putin se proyecte a sí mismo (y a su política exterior acusada de expansionista) como sucesor del imperio soviético.
Así que el Kremlin asume cualquier crítica contra lo que en Rusia se conoce como la "Gran Victoria" como un ataque contra el país mismo.
La respuesta de Polonia
A través de un comunicado de su ministerio de Relaciones Exteriores, Polonia calificó las acusaciones de Putin como "narrativas falsas" y convocó el viernes al embajador de Rusia para expresar su "fuerte objeción" a las "insinuaciones históricas" hechas por Putin.
El ministerio de Relaciones Exteriores también destacó que "Polonia fue el primer país en participar en la resistencia armada en septiembre de 1939 contra el ejército alemán, que fue respaldado por la Unión Soviética".
"El resultado de la agresión y el exterminio de Alemania fue el asesinato de casi seis millones de ciudadanos polacos, incluidos tres millones de judíos".
L Cancillería agregó que Rusia "está tratando de minimizar la responsabilidad compartida de la Unión Soviética de destruir la paz en Europa. La Unión Soviética en 1939-1941 fue un aliado de la Alemania de Adolf Hitler".
El papel de Polonia durante la Segunda Guerra Mundial es un tema muy sensible en ese país.
Y el pasado mes de noviembre, Netflix tuvo que acceder a enmendar un documental sobre un guardia de un campo de concentración nazi ante la queja formal de Polonia porque en la serie aparecía un mapa de la Polonia moderna como localización de varios campos de concentración.
Según las autoridades polacas, el documental no aclaraba que en ese momento Polonia estaba ocupada por los nazis, por lo que esos campos de exterminio no eran creaciones polacas.
En 2018, Polonia convirtió en delito penal sugerir que los polacos fueron cómplice de los crímenes de guerra nazis.
Tras una protesta, la ley se ablandó para que este tipo de declaraciones fueran faltas civiles y no delitos penales.